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Raquel Pérez Cuevas, bodeguera de Ontañón Familia, expresa la pasión que siente por el enoturismo: «Abrimos la bodega Museo de Logroño en los años noventa con la filosofía de que fuera un espacio abierto a la cultura del vino gracias a la relación de nuestra familia con el artista riojano Miguel Ángel Sáinz. Él dio forma a la bodega como museo, con el vino y la mitología como ejes esenciales.
– ¿Qué actividad enoturística recomienda para esta época?
– La experiencia por la que hemos apostado se denomina 'Encuentros con el Dios del vino', en la que primamos la cata en nuestro 'Wine Bar La Sacristía' con una armonía con diferentes tapas gastronómicas.
– ¿Se animan los visitantes a realizar este tipo de turismo ahora que ya no hay estado de alarma?
– Todas las bodegas hemos vivido con preocupación el desarrollo de la pandemia, pero parece que las cosas han cambiado definitivamente. Poco a poco se irán recuperando actividades que han sido habituales en el enoturismo y, además, la gente tiene unas ganas enormes de volver a vivir con normalidad y recuperar el tiempo perdido.
– Si tuviera que elegir un vino, ¿con cuál se quedaría?
– Es muy complicado seleccionar uno porque todos ellos constituyen un pequeño universo de esfuerzos, sueños y sensaciones. Pero como estamos inaugurando el verano, me decanto esta vez por nuestro Ontañón Tempranillo Blanco, un vino que sorprende por su frescura y, a su vez, golosidad. Hemos realizado un trabajo de trasiegos con las lías más finas para que nos ofrezca una estructura muy nítida, y a la vez delicada.
– ¿Qué significa para ustedes la denominación «culto al vino»?
- El culto al vino, además de ser nuestro lema, es lo que sentimos en todos los aspectos de la bodega, desde nuestros viñedos de altura en Rioja Oriental en la zona de Sierra de Yerga, a la elaboración o el sentimiento que profesamos hacia el consumidor. Es nuestra forma de ser; amamos el vino y le rendimos pleitesía en todos los sentidos.
– ¿Notan un cambio en el consumo de vino tras la pandemia?
– El mundo del vino ha sentido la pandemia de la misma forma que otros sectores, pero nos hemos dado cuenta de que hay que reforzar las nuevas vías de acceso a los clientes, como es la venta por internet, y otros canales de venta como la internacionalización, que sigue siendo uno de los grandes pilares estratégicos de Ontañón Familia.
– ¿Cuáles son los objetivos de la bodega a corto plazo?
– Tenemos proyectos en marcha maravillosos como el nacimiento de Queirón, que es nuestra bodega más íntima en Quel, nuestro pueblo de origen. Salió en medio de la pandemia y supone un nuevo camino para nuestra trayectoria.
– ¿Cuál es futuro del vino?
– Hay tres aspectos esenciales: elaborar vinos cada vez más equilibrados y saludables, apostar por la viticultura como objetivo de recuperación de la vida rural tan olvidada y también ser capaces de acercarnos a los jóvenes.
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