FOTOENFOQUE
El calendario avanza y la Liga de Golf y Vino madura tanto en calidad competitiva como también en las relaciones entre los jugadores. Si los primeros torneos sirven de toma de contacto, de charlas y momentos distendidos entre conocidos, poco a poco el círculo se ... amplía. Cada vez hay más caras conocidas, más compañeros con los que compartir cómo ha ido la jornada y disfrutar juntos de vinos como los que ofreció Bodegas Altanza. Un tinto y un blanco de categoría, a la altura de la competición.
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La dinámica de la Liga no solo no invita a los jugadores a dejar de participar, sino que les atrae aún más potenciando el afán de superación, los buenos momentos vividos y la oportunidad de festejar juntos al finalizar cada jornada, como hicieron varios de los participantes tras finalizar la cata. Sin duda fue una buena jornada para ellos, no solo por los buenos resultados, sino también por lo bien que lo estaban pasando. Lo que estaba claro es que los jugadores no se querían ir y algunos de ellos quisieron alargar el día como fuera para seguir disfrutando de la buena compañía, ya fuera familia o amigos, y de la agradable temperatura que hubo durante durante la tarde del pasado domingo.
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