Franco-Españolas, más cerca

El puente de hierro, inaugurado en 1882, fue en su día la principal entrada de la ciudad de Logroño. Fue el emplazamiento ideal para Bodegas Franco-Españolas (fundada en 1890) que aprovecharía la cercanía con la estación de ferrocarril (entonces en Gran Vía) para expedir y exportar las partidas de vino. La centenaria bodega es hoy en día uno de los referentes del enoturismo en Rioja y acaba de inaugurar un nuevo espacio, 2.500 metros del antiguo muelle de carga, como lugar de exposición, venta y degustación de vinos: «Este proyecto es una apuesta de mi familia que llevábamos años madurando la idea y sentimos que recuperando el muelle de carga recuperamos parte de nuestra historia y la de nuestros vinos, Rioja Bordón y Diamante, Bordón D´Anglade o Viña Solé. Una historia que comenzamos a escribir en 1890 y que ha dado la vuelta al mundo: Madrid, París, Berna, Amsterdam, Oslo, Nueva York, Buenos Aires, Shangai, Tokio…, el Orient Express, el Waldorf Astoria, el Hotel Plaza… Cada uno de estos viajes comenzó aquí», explicó ayer Borja Eguizábal, director general de la bodega.

El nuevo espacio, ubicado estratégicamente con vistas al río Ebro y una salida directa al jardín frontal, combina estética contemporánea y funcionalidad. La intervención ha sido diseñada por el estudio riojano de arquitectura Arquitelia y suma cuatro salas de cata acristaladas a disposición del consumidor final y del cliente profesional. Además, dispone de una nueva tienda de vinos de más de 300 metros donde los clientes pueden encontrar y adquirir ediciones limitadas de la bodega. Los amplios ventanales ofrecen vistas privilegiadas y aportan luz natural al espacio, que estará abierto al público los 365 días del año, en horario de mañana y tarde.

Elena Pilo, directora de Enoturismo de Franco-Españolas, cuyas visitas crecen un 5% respecto a las muy buenas cifras de 2023, tiene claro que la rehabilitación les acerca aún más a Logroño:«Nuestros vinos merecían un espacio propio dentro de la bodega, donde poder ser disfrutados por todo tipo de consumidores. Desde 1890, los elaboramos con sensibilidad y sensatez, principios que también han guiado esta restauración. Somos una bodega abierta y cercana, y con esa vocación abrimos este nuevo espacio».

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