Calado al que Eduardo Eguren lleva sus vinos en el periodo de crianza y maduración. :: J.R.

Cuentaviñas | Peciña (San Vicente)
Vinos con los pies en el suelo

Los vinos de Cuentaviñas tienen tanto arraigo a la tierra de donde proceden como el que siente su elaborador, Eduardo Eguren, por la Sonsierra

Logroño

Domingo, 19 de noviembre 2023 | Actualizado 21/11/2023 11:09h.

El propio nombre de la bodega –Cuentaviñas– ya es toda una declaración de intenciones. Eduardo Eguren quiere que sus vinos cuenten historias, como lo hacen los cuentacuentos, pero que esas historias partan de la viña y más especialmente del suelo que la soporta.

Eguren habla ... con pasión de sus vinos y de su vinculación con cada uno de los tipos de suelo que se pueden encontrar en la Sonsierra (hasta ocho diferentes). Cada uno aporta unos matices, y en muchas ocasiones, incluso también el nombre con el que se ha bautizado cada uno de ellos.

El Tiznado | Cuentaviñas (2018)

El Vino procedente del tempranillo recogido en las cepas de 1923, plantadas en El Hoyo sobre suelos calizos rojos, a 500 metros de altitud. 198 €
La bodega :
Dirección Vial B6 Peciña
Año de fundación 2018
Contacto info@cuentavinas.com

Este joven miembro de una ilustre estirpe de vitivinicultores riojanos compró en 2018 el edificio de 1790 a partir del cual, ahora construye su sueño en Peciña, la pequeña pedanía de San Vicente de la Sonsierra que cuenta con un único habitante censado. Eguren tenía claro que el escenario de sus sueño debía ser la Sonsierra que le vio nacer.

El edificio cuenta con un precioso calado de varios siglos de antigüedad en el que los vinos de Cuentaviñas reposan durante la crianza y maduración.

La elaboración la realiza Eguren en una nave industrial en la capital riojana, donde ha encontrado el espacio que se le niega en el viejo caserón del siglo XVIII que en tiempos fue el trujal de la localidad como corrobora la prensa que aún conserva en su exterior. Eguren practica lo que él denomina la 'viticultura heroica', esa que huye de los tratamiento químicos, y que recurre únicamente a los minerales y al trabajo con las cubiertas vegetales cuando el viñedo así lo demanda (generalmente en invierno).

De esa forma, Eduardo Eguren consigue unos vinos plenamente identificados con la zona donde ha sido cultivada la uva de la que proceden. Se busca siempre el carácter del fruto para, a partir de una elaboración clásica, conseguir un perfil contemporáneo. El calado, ahí, juega un papel determinante «en la perseverancia de la fruta merced a las condiciones naturales que ofrece de forma constante (temperatura y humedad). Como no hay evaporación del alcohol, se produce una evolución más lenta y progresiva», explica Eguren.

Bodeguero por tradición familiar

Eduardo Eguren estaba predestinado a vivir en el entorno del vino. De niño jugueteaba entre las cepas cuando su abuelo Guillermo cuidaba de la viña; un poco después, lo hacía entre barricas cuando acompañaba a su padre Marcos en Sierra Cantabria.

Pero después de haber estado a su lado, decide emprender el camino en solitario y afrontar un proyecto personal. El espaldarazo definitivo se lo da la muerte de su abuelo materno. A manos de Eduardo llegan así tres exclusivas viñas en zonas emblemáticas de la Sonsierra con las que inicia su proyecto en 2018 y que le llevó a dejar la empresa familiar para centrarse en Cuentaviñas.

Vídeo: Luciano Coccio. Imágenes: Google Earth