Vídeo: Luciano Coccio. Imágenes: Google Earth
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La tradición no está reñida con la modernidad, pero en Ysios cada una tiene su espacio en una perfecta armonía para conseguir que el cliente se vaya satisfecho. Y lo consigue esta bodega del grupo Pernod Ricard, que exhibe ... vanguardia de puertas afuera con la obra de arte que creó el arquitecto Santiago Calatrava en 2001 y muestra la historia de Laguardia y Rioja Alavesa con la elaboración de sus vinos parcelarios, algunos procedentes de viñedos singulares y prefiloxéricos, de bajos rendimientos pero con la máxima expresión del 'terroir' del que surgen.
El edificio está concebido de forma escultórica y juega con los materiales –aluminio en la cubierta y madera de cedro en la fachada– pero también con los volúmenes. «Es una construcción transversal y muy funcional, la bodega hace el recorrido de la uva desde la recogida en viñedo hasta la salida ya con el vino embotellado», describe Silvia Murillo, relaciones públicas.
El tempranillo domina en este tinto elaborado con uvas de un viñedo prefiloxérico Envejecido durante 16 meses en un fudre de roble francés de 2.000 litros. 170 €
La Bodega
Dirección Camino de la Hoy
Año de fundación 2001
Contacto https://bodegasysios.com/
En torno a 100.000 botellas se producen en una bodega cuyo nombre es un homenaje a los dioses egipcios de la agricultura y la naturaleza, Isis y Osiris. Enclavada a las faldas de la sierra de Cantabria, esta 'cordillera' también ejerce una gran influencia en los que vinos que se elaboran porque protege los viñedos del clima atlántico, la lluvia y los vientos fríos del noroeste, actuando de barrera bioclimática.
El turismo es otro eje relevante en Ysios que recibe visitas a diario y más de la mitad, en torno a un 70%, proceden del extranjero. «Tenemos clientes de todo el mundo, que vienen atraídos por la singularidad del edificio pero luego se sorprenden tanto o más cuando cruzan la puerta de entrada», explica Marta Gómez, responsable de enoturismo.
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Porque además de que la bodega cuida cada detalle –tiene un alcoholímetro para que el cliente pueda comprobar que tasa daría en un hipotético control y si está capacitado para conducir–, cuando el visitante prueba «nuestros vinos, queda maravillado», asegura la enóloga Clara Canals. Finca Las Naves, Finca El Nogal, Finca La Pedrera o Finca Lagunazuri, todos ellos procedentes de parcelas de apenas una hectárea de viñedo, son algunas de las referencias. «Hacemos una vendimia manual, tradicional», apunta Canals. La vanguardia ya la aportó Calatrava en Ysios hace dos décadas.
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