Cor de mei | Gimileo
La singularidad de la historiaCor de mei | Gimileo
La singularidad de la historiaAunque la familia venía elaborando vino desde mediados del siglo XX, no es hasta el año 2015 cuando Alberto Pérez-Castillo se decide a comprar su actual bodega, que había pasado antes por diferentes propiedades. Doce meses después ya contó con su primera añada.
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La denominación Cor de Mei combina un término latino Cor, cuyo significado es corazón; y otro persa, Mei que es la primera denominación que se conoce para nombrar al vino.
Reserva 2014 Elaborado al 100% con uva tempranillo recogida en un viñedo plantado hace casi 50 años en la zona de La Raicilla en Ábalos. 22€
Dirección Zamudio 2, Gimileo
Año de fundación 2015
Contacto info@cordemei.com o 657273479 y 657273480
Esa reminiscencia histórica no exenta de curiosidad se une a una de las grandes singularidades de la bodega de Gimileo. En el espectacular calado sobre la que se asienta la moderna edificación se ha encontrado diferentes arcos, que los historiadores datan en el siglo XVIII, pero también hay un 'extraño' arco ojival que sitúan aproximadamente doscientos años antes. Este tipo de arcos no son habituales en los calados, que utilizaban siempre los arcos de medio punto y las bóvedas de cañón. Hasta el momento, nadie ha conseguido desvelar el enigma del porqué de su presencia entre los tradicionales arcos de medio punto, pero hoy en día, es uno de los grandes atractivos de una bodega que, con el enoturismo, ha abierto una nueva área de negocio.
Actualmente, esos calados sirven para dar el reposo y la calma que reclaman los vinos en su fase de maduración y crianza (en botellas y en barricas de roble francés y americano). Hasta ahí llegan buena parte de las 10.000 botellas que elabora anualmente Cor de Mei en la zona más moderna de las instalaciones de la bodega.
Sus vinos mantienen una estrecha vinculación con la Sonsierra. Las uvas tempranillo, graciano, garnacha y mazuelo –recogidas manualmente– proceden de localidades como Ábalos y Briones, y se cultivan en viñedos que cuentan con entre 15 y 50 años que enraízan sobre suelos calcáreos y arcillosos de una gran riqueza.
El vino, hasta llegar a descansar en el antiquísimo calado de la bodega Cor de Mei, sigue un proceso completamente tradicional que incluye un prensado vertical y una trasiega por gravedad.
Los más de –previsiblemente– cinco siglos que alumbra a su espectacular y bien conservado calado y la extrañeza de un arco ojival entre los habituales de medio punto; junto a la calidad y singularidad de sus vinos de Rioja, han convertido a Cor de Mei en un escenario enoturístico del que puede presumir. Unas modernas instalaciones aptas para encuentros, reuniones o catas, la han convertido en punto de destino para un público cada vez más entendido y, por lo general, de alto poder adquisitivo que ha incluido la bodega de Gimileo entre los lugares de paso que hay que incluir en sus rutas por La Rioja Alta y la Sonsierra.
Vídeo: Luciano Coccio. Imágenes: Google Earth
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