Marqués de Murrieta | Logroño

La roca madre de Rioja

Ese germen, el castillo, es hoy en día todo un museo que guarda obras de arte embotelladas, pero los esfuerzos han sido importantes para conservar ese patrimonio y darle un valor que ahora Marqués de Murrieta explota. «Fue una rehabilitación muy respetuosa con la estética exterior pero el interior es todo nuevo», explica José Carlos García, director de comunicación de Marqués de Murrieta, que se centra también en la nueva bodega, «integrada en el entorno», que sustituyó en 2021 a la levantada en los noventa: «Se estaba quedando pequeña, especialmente a nivel tecnológico. Pero todo está al servicio de la calidad, no de los volúmenes. No hemos ampliado ni una botella».

Marqués de Murrieta sigue siendo reconocible a todos los niveles, especialmente, en sus vinos, donde todo converge, sea cuando sea. «El éxito ha sido saber equilibrar el peso de la historia de la bodega con la elaboración de unos vinos pensados para perdurar, para saltar las barreras del tiempo. Es una filosofía que choca con las prisas que mandan hoy en día», señala José Carlos García.

Son señas de identidad, y es que «nuestros vinos son muy respetuosos con la historia de Murrieta pero, sobre todo, están muy ilusionados con el futuro», añade. Entre los mejores del mundo, no necesitan grandes presentaciones. Por ejemplo, su Castillo Ygay 2012, que aún no ha salido al mercado, ya ha sido bendecido por los expertos. «Ni los críticos ni nuestros consumidores buscan en Murrieta una moda», subraya José Carlos García.

La tradición manda a todos los niveles, incluso, en sus líneas más rompedoras, como ejemplifica el Prime Rosé. «Intentamos recuperar algo histórico con este rosado de mazuelo, darle importancia, poner el máximo mimo y envolverlo en una botella personalizada, tallada, con solidez», apunta García. En 2015 salió al mercado y desde entonces otros han seguido la misma línea de rosados de alta gama.

Exigencia, exclusividad, reconocimiento, calidad, historia... Toda una responsabilidad patrimonial. «Sin duda lo es, un peso en los hombros que sientes, siempre pensando en lo que vendrá después, pero al final, todo ello es felicidad, es fruto de mucho esfuerzo y trabajo, nunca nadie ha regalado nada a Marqués de Murrieta», concluye José Carlos García.

Vídeo: Luciano Coccio. Imágenes: Google Earth