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Paz, calma y magia en el viñedo de Briones. :: Justo Rodríguez
En la república independiente

Finca Allende | Briones

En la república independiente

Tenía ganas de llegar a la bodega. Miguel Ángel de Gregorio me había propuesto un juego y ardía en deseos de ponerme en faena. Veníamos de Mártires, en Briones, su territorio

FERNANDO BÓBEDA

Domingo, 19 de noviembre 2023, 20:10

«Coge un puñado de tierra, que esté húmeda, y luego descorchamos una botella y vemos si ese suelo llena la copa. Si lo sientes, es que lo hemos hecho bien». Y no sé si sería por sugestión... pero ¡estaba ahí! Tierra y vino caminaban de la mano en esa copa. Fue bonito recordar en cada trago la magia de un lugar inexplicable.

La historia comienza hace treinta años con una generación que rompió moldes. «Nacimos en torno a 1964, gente como Juan Carlos, de Artadi, Marcos Eguren, Benjamín Romeo, Agustín Santolaya, Álvaro Palacios o Peter Sisseck, a los que nos llamaban heterodoxos. No sabíamos lo que buscábamos, aunque teníamos clarísimo lo que no queríamos hacer. Perseguíamos una especie de retorno a lo conocido; si pruebas los vinos de los años 50 eran los que nos gustaban, los que te golpeaban con magia en la copa».

Mártires

Mártires
  • Viñedo plantado en 1970 con alta densidad. Viura cien por cien con fermentación en barrica y nueve meses de crianza en roble francés. 122 €.

  • LA BODEGA :

  • Dirección Plaza Ibarra, 1. Briones

  • Año de fundación 1995

  • Contacto 941 322 301 - info@finca-allende.com

Un ideal que requería viñas y maneras de las de antes. «Mis plantaciones son como aquéllas: 5.000 plantas por hectárea y producciones de unos 3.500 kilos. Intentar volver a ese modelo que criaba los vinos, no como en los años 70 en los que se hacía creer que se criaban por la vainillina del roble americano. Las 230 que trabajamos en Briones son parcelas pequeñas y con singularidad». La tierra de los mil vinos, que la frase es de nuestro protagonista.

Y ésta también: Briones, república independiente. «Caigo por casualidad aquí, trabajaba en la Escuela de Agrónomos y tuvimos que hacer un estudio sobre la mecanización de la vendimia. En Francia había unas 9.000 vendimiadoras, en España cuatro, y a mí me tocó en suerte Briones, donde estaba el 25% del parque nacional, es decir, una. Hablo de 1986 y fue cuando descubrí esta comarca. Briones es diferente por todo, por geografía, por orientación, por geología, por su historia como castro fortificado de los berones... ¿Sigo? Siento que es aquí donde puedo hacer los vinos que quiero».

Como Mártires. Miguel Ángel, defíneme el concepto magia en un viñedo. «¿Lo que siento en Mártires? Yo soy radiestésico y al pisar su suelo noto algo. Su magia está en la copa, pero viene de una localización privilegiada llena de magnetismo, como la mayoría de los grandes vinos del mundo; hemos estado allí, junto a la ermita, lo has visto, todo el suelo que lo rodea es calcáreo, pero Mártires es una especie de cuenco de roca con otro tipo de suelo completamente arcilloso, nada que ver con el del otro lado del camino. Eso es lo que yo entiendo como magia en un terruño».

Y volvemos a la copa, la arcilla primaria, una copa que huele a gran vino. «Lo tienes en nariz, el terruño llega a las cepas de viura y da este blanco. La viura es una de las grandes variedades blancas cuando está bien cultivada, cuando alcanza su madurez ofrece mieles, maracuyá, lila... Y todo llega de la tierra, no de normativas ni de leyes».

Justo Rodríguez

Pero las ideas no se acaban: «Hacemos diez vinos, pero ahora estoy centrado en 'meditar vendimias'. Hace treinta años empezamos a trabajar lo que ahora se llaman viñedos singulares como Calvario, Aurus o Mártires y seguimos con Marure, Gaminde y Mingortiz, porque aportan algo diferente. En breve presentamos un rosado, vamos a intentar hacer uno de los grandes rosados del mundo: Yzar. En enero sale la cosecha 2020, pero la '21 y la '22 están ya vendidas. Estoy contento. Nuestro modelo para el Allende Rosado fue Château Simone, enorme bodega con un solo fallo, que no está en Briones».

Peculiar, intenso, único. Sus vinos son reflejo de una personalidad arrolladora. Fuera hay ruido, a él no le afecta. «En mis botellas va mi nombre y respondo de cada una de ellas, no me escondo tras etiquetas como Rioja o viñedo singular. Y me juego mi prestigio cada vez que alguien abre una, sea en Logroño, en Madrid o en Nueva York».

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