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Rubén Pérez Cuevas, enólogo de la bodega, observa una botella del viejo calado. Justo Rodríguez
La reinterpretación de las viejas bodegas

La reinterpretación de las viejas bodegas

Queirón imita la disposición y verticalidad de las antiguas cuevas del barrio de bodegas de Quel, y en las que la gravedad era aliada de los elaboradores

Domingo, 19 de noviembre 2023

Queirón es la materialización de la filosofía de la familia Pérez-Cuevas. Originaria de Quel, en la localidad riojabajeña comenzó el 'patriarca' –Gabriel– su actividad y allí ha vuelto para cerrar el círculo.

Lo ha hecho con el propósito de elaborar grandes vinos, a partir de las uvas recogidas en singulares viñedos de la localidad y su entorno. Fincas que se ubican entre la sierra de Yerga, el monte Gatún y Peña Isasa, observadas por el Moncayo –e incluso por los Pirineos desde la distancia– y que esquivan como pueden los rigores del cierzo invernal, en algunos casos arropadas y enriquecidas por el micelio (sustrato del champiñón) de las empresas de la zona.

Queirón (Quel)

  • Dirección: Bodega Nº 9 del Barrio de Bodegas

  • Año de fundación 2020

  • Contacto +34 941 23 42 00 y info@queiron.es

Esas viñas son las que alimentan los deseos de la moderna bodega de la familia Pérez-Cuevas, levantada –sobre una antigua alcoholera familiar– a imagen y semejanza de las que existieron y aún quedan (convertidas en lugar de ocio con forma de merendero) en el barrio de bodegas de la localidad.

La transformación del zumo de uva fermentado en vino se obra en un milagro bajo tierra

La bodega número 9 de ese barrio –Queirón– recibe la uva en la parte alta del cerro, y como ocurre en las tradicionales bodegas del 'vecindario', utiliza la gravedad como aliada. Si antes la uva entraba por las toberas, para alcanzar el lago y de ahí el mosto descendía a los depósitos –previo paso por el torco– para finalmente descansar en los profundos calados en barricas de roble o en botella (ya en su última fase), la moderna Queirón sigue la misma estructura, manteniendo la funcionalidad de las antiguas instalaciones.

Queirón también se articula en cuatro niveles (con 28 metros de profundidad) para cada uno de los procesos, salpicados –como la bodega museo de Ontañón en Logroño– con alguna creación del escultor Miguel Ángel Sáinz.

Allí, bajo tierra, surge el milagro de la transformación del zumo de uva fermentado en el néctar que enloqueció a Baco y a Dionisios, y que en Queirón toma la forma de El Arca –elaborado por viejas garnachas de una pequeña parcela– o Mi lugar, que con la mezcla de garnacha y tempranillo representa como ningún otro el carácter de Quel, o Gabriel, o los Ensayos Capitales...

Mi lugar

Mi lugar
  • El vino: Tempranillo blanco 100%. . Mutación natural y riojana del tempranillo tinto.21,50 €

Una botella por cada cepa del viñedo

El Arca es uno de los vinos más singulares de la actual producción de Queirón. Un viejo viñedo de garnachas centenarias es el que nutre a la bodega para la elaboración de este vino, de gran longevidad si las condiciones de guarda son las adecuadas. La producción es tan escasa que apenas 2.000 kilos de uva se recogen en la finca El Arca, apenas uno por cepa. Las bayas pasan una cuidadosa selección para ser introducida, sin el raspón, en las barricas de madera donde –después de un ligerísimo pisado– realizarán una pseudo maceración carbónica (no lo es porque hay un proceso previo de despalillado) que potencia la presencia de la fruta y refuerza la intensidad aromática.

Vídeo: Luciano Coccio. Imágenes: Google Earth

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