Viña Ijalba

Nuevos horizontes

Viña Ijalba siempre ha trabajado con viñedos en el valle del Iregua, sobre todo desde Nalda a Villamediana con una apuesta por variedades blancas como la viura, la maturana y el tempranillo, y en tintas, por la maturana y graciano, más minoritarias pero de enorme valor», comenta Pepo Salguero, enólogo de la casa. «Para nosotros, el graciano es vital, porque supone casi el 25% de nuestra explotación, pero, para tempranillos de verdad, hay que venirse a San Vicente porque aquí su equilibrio es perfecto». Desde el alto de La Salviaza vemos la Sonsierra a un lado y la Demanda al otro, con una vista de 360 grados dominando todo el Valle del Ebro y al fondo los viñedos que Ijalba posee en la zona.

La riqueza de San Vicente es tremenda y un tempranillo junto al meandro no es igual a uno junto a la sierra, en mayor altura. «En Ijalba trabajamos las tres zonas del pueblo, la más cercana al río; la parte media, que es la que más nos gusta con viñedos como La Salviaza, El Saúco y Jarrarte; y también compramos uvas de la parte alta, al otro lado de la carretera mirando a Labastida», explica Salguero. Las variaciones entre zonas son claras: «En la más cercana al río las maduraciones son más tempranas, con una fruta roja muy marcada; vamos subiendo y la complejidad crece con el entorno, mientras que arriba del todo encontramos suelos con un componente aluvial fuerte y presencia del calcáreo que nos ofrecen aromas más frescos, con balsámicos y resinosos perfectos para dar mayor complejidad a los vinos».

Ijalba Cuvée

• ECO 2020 Tempranillo, graciano y maturana de San Vicente y Villamediana. Fermentación en tina de roble francés y bocoyes de 500 litros. 10 meses de crianza. 14,90€.

• La bodega

• Dirección Ctra. de Pamplona, km. 1

• Año de fundación 1991

• Contacto 941 261 100/vinaijalbajalba@ijalba.com

En breve llega al mercado una novedad de Ijalba gracias a este trabajo en la Sonsierra. «Ya está embotellado y confiamos en que salga para Navidad. Es un cien por cien tempranillo de San Vicente con nueve meses de barrica de la añada 2021 y nuestro objetivo es que a la copa llegue la identidad de la parcela, con tensión».

El viñedo del que nace no es excesivamente viejo, tiene 36 años y se injerta con clones de la zona: «Los racimos no pasan de 180 gramos y la viña está muy bien llevada, con mucha aireación por lo que no suele pasar de los 4.500 kilos por hectárea de una manera natural». Un vino reconocible: «Es de San Vicente, nacido de tempranillos sabrosos con taninos muy dulces que se deshacen en la boca, manda la variedad y su origen. No pasará de 2.500 botellas y se coloca en la gama alta de la bodega».

¿Y los blancos? ¿Qué pasa con los blancos sabiendo que eres un enamorado de estos vinos? «Más de un tercio de nuestra producción son blancos. Siempre hemos trabajado la viura, pero apostamos fuerte por el tempranillo y la maturana. Son variedades de gran valor y tenemos también en el mercado un crianza y un reserva blanco; nos encanta trabajarlos con sus lías, llegan con mucha crema y llenos de elegancia. Para el crianza y el reserva fermentamos en hormigón y luego envejecen en barricas. Hay maturanas blancas que de esta añada llevan 60 días fermentando, imagínate la maravilla que va a salir de ahí».

Son ya quince vendimias las que lleva Pepo en la bodega de Logroño. «Lo que más noto es que ahora se le da todavía más importancia al viñedo que antes y a las fechas de vendimia de cada parcela. Yo puedo pasar en estas nuevas vendimias, que además son más largas porque duran hasta 60 días, como un 70% del tiempo en el viñedo cuando antes era al revés». Viña Ijalba, una bodega pionera en la apuesta por los vinos blancos y por los monovarietales de uvas minoritarias, como la maturana tinta y el graciano no olvida tampoco los tintos de la Sonsierra. «Los blancos y los monovarietales son presente y futuro, pero la familia siempre ha creído en los tempranillos de San Vicente y de ahí este nuevo vino que lanzamos ahora».