Hurtado de Amézaga y Pineau, antes que Gehry

Ha sido el salto cualitativo y cuantitativo que necesitaba la firma de Elciego aunque antes de recibir ese espaldarazo de la mano del autor del Guggenheim, entre otras obras, tuvo otras dos figuras tan importantes o incluso más. Porque con los Hurtado de Amézaga empezó todo cuando Guillermo, el marqués de Riscal y primer nombre relevante, fundó la bodega en 1858 tras recibir de su hermana Marceliana unas tierras en Rioja Alavesa con una importante producción vinícola.

XR Rosé | Garnacha y viura 50 años

• De viñas viejas de Elciego de más de 50 años, color asalmonado, vino frutal, elegante y equilibrado, pleno de tensión y con una acidez muy marcada 20,90 euros

• La bodega :

• Dirección: Calle Torres, 1

• Año de fundación 1858

• Contacto www.marquesderiscal.com y 945 180 888

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Cuatro años después, él tomó una de las grandes decisiones en Rioja, la incorporación de Jean Pineau –el segundo gran nombre propio–, un revolucionario enólogo que, entre otras aportaciones, «impulsó la fermentación en depósitos cerrados, la crianza en barricas y el embotellado», describe Cristina Pérez, responsable de relaciones públicas. También introdujo nuevos métodos de elaboración y de prácticas en el viñedo.

Esos conocimientos que trajo Pineau desde Burdeos se han ido 'heredando' en Riscal y ahora, con la quinta generación de los Hurtado de Amézaga, sigue ese buen hacer con el director técnico de la bodega, Francisco Hurtado de Amézaga, al mando de las operaciones. Controla más de 500 hectáreas de viñedo propio –sumando a sus proveedores, la bodega se 'alimenta' de otro millar de hectáreas– y de ellas 370 son ecológicas, en una clara apuesta por esta 'nueva' viticultura. Es una de las señas de identidad de Riscal junto al cuidado por las viñas viejas, con más de 50 o 60 años. «Tenemos 330 hectáreas», apunta Hurtado de Amézaga, que habla con especial cariño de la finca Las Tapias, en la que injertó tempranillo viejo en 1968 y el resultado es «magnífico»: un vino que se comercializa a través del sistema de venta de la Place de Bordeaux.

La influencia bordelesa en la bodega es manifiesta y se aprecia, por ejemplo, en la construcción de los edificios a ras de suelo para mover la barricas con mayor facilidad o la estructura laberíntica para que el aire discurra por los distintos espacios. «Estamos en una bodega para trabajar más que para enseñar –tiene 14 depósitos de madera y 37.000 barricas–», añade Pérez. Aunque la cubierta de titanio 'made in Gehry' sea mundialmente conocida.