Estela Lecea, con Cuevas de Lecea, edición que se limita a 3.500 botellas. :: F. DÍAZ

Bodegas Lecea | San Asensio

La historia se escribe bajo tierra

La familia Lecea defiende la elaboración del vino como antaño, en depósitos de hormigón ubicados en calados del siglo XVI que recorren el subsuelo de San Asensio

Domingo, 19 de noviembre 2023

El tiempo se detiene mientras se recorre el entramado de pasillos subterráneos que se encuentran bajo el barrio de Las Cuevas de San Asensio, en la zona bautizada como Cerrillo Verballe. Ahí, antaño, las familias tenían su propia bodega, donde elaboraban sus vinos. Son calados ... que datan del siglo XVI y que forman parte de la historia del municipio, pero que a gran pesar de todo terminaron abandonándose.

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Hay quien supo ver el tesoro que se escondía bajo tierra y apostó por recuperarlos y rehabilitarlos conservando su esencia. Rufino Lecea quiso devolverlos a la vida y fundó la bodega. Ahora es Luis Alberto Lecea quien se encuentra al frente, junto a sus hijos Pablo, Estela y Lidia –la quinta generación–.

Cuevas de Lecea | Viñedos viejos 2019

  • El vino Tempranillo 95% y Mazuelo 5% de viñedos viejos de la Familia Lecea en San Asensio, con bajo rendimiento y gran calidad. Edición Limitada de 3.500 botellas. 28€

  • La bodega :

  • Dirección Calle Las Cuevas, 246 (Barrio de Las Bodegas)

  • Contacto info@bodegaslecea.com. 685 01 04 00

Sorprende que bajo el suelo del barrio de las Bodegas se haya habilitado, por el momento, un recorrido de 300 metros –a través de cuatro calados conectados (un quinto está ya conectado, pero no rehabilitado)– que busca que quien los visite aprecie un modo de entender el vino único. Una vuelta a los orígenes.

Bajo tierra se cría un vino que nace del corazón de la familia Lecea, respetando ese buen hacer que ha pasado de generación en generación. Una familia que defiende la manera ancestral de elaborar los vinos.

En los calados se mantiene una temperatura constante y natural de 13 o 14 grados, «lo que permite que se conserve mejor el vino», apunta Luis Alberto Lecea, que ha sabido transmitir su pasión a sus hijos.

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La familia Lecea ha apostado por recuperar y rehabilitar calados del siglo XVI, donde elaboran sus vinos como antaño. F. Díaz

Cariño y mimo se respiran en cada uno de los proyectos que desarrollan y en cada uno de los vinos que nacen y descansan en su bodega. Los depósitos de hormigón de un siglo sirven de almacenaje –el hormigón vuelve a ser utilizado por bodegas, en su búsqueda por ser más sostenibles– y las barricas, casi en penumbra, crían el vino de la bodega, mientras que la piedra permite albergar y conservar, en pequeños recovecos excavados, las botellas más especiales –algunas con una antigüedad de cincuenta años–. Todo ello en espacios reducidos, a los que se acceden por escaleras, algunas originales, y no todas amplias.

Barricas y botellas reposan en calados que llegan a alcanzar los catorce metros de profundidad en la parte más baja y ocho en el resto. «Cuanto más abajo bajas, mejor aislamiento, porque lo importante es que no haya corrientes», concluye Luis Alberto Lecea. Y la tierra, sin duda, juega el papel de aislante.

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Cuando llega la vendimia, la tarea se torna dificultosa; por ejemplo, en el momento de llenar depósitos. De ahí que en Bodegas Lecea primen la calidad sobre la cantidad y que solo elaboren aproximadamente 80.000 botellas al año, procedentes de sus viñedos que ocupan 25 hectáreas.

Vídeo: Luciano Coccio. Imágenes: Google Earth

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