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En el siglo XIV y XV, Laguardia se rodeaba de una muralla que escondía diferentes calados con una clara misión defensiva. No fue hasta los siglos XVI y XVII cuando esos calados se fueron reconvirtiendo en bodegas, aunque pocas están todavía en uso.
La de Carlos San Pedro puede presumir de contar con una cueva de hace más de 600 años, aunque se tiene constancia de que al menos los últimos tres siglo se ha dedicado a bodega, en la que se pueden ver tanto los depósitos de hormigón, como las barricas de madera o el botellero.
El vino más especial de la bodega elaborado a partir de uvas tempranillo seleccionadas de viñas plantadas en 1920 45 €
La bodega :
Dirección Paganos Kalea, 44
Año de fundación 1981
Contacto 605033043 y +34 609321649
Actualmente, Carlos San Pedro elabora fuera de la cueva sus vinos (el año 2003 fue el último en el que la uva entró al calado) pero en algún momento del proceso, los vinos de las 35.000 botellas que elabora anualmente, pasan por esa oquedad excavada ocho metros por debajo del nivel de las calles (en una zona peatonal de la localidad alavesa).
La histórica cueva se ha convertido en un elemento de vital importancia para la empresa. Aporta al vino las mejores condiciones de conservación, con estabilidad tanto en la temperatura como en la humedad u oxigenación. Pero además, el calado se ha convertido en una de las grandes señas de identidad de la bodega.
La firma –que comenzó su andadura con la elaboración de vinos jóvenes, aunque ahora también elabora vinos para crianza– cuenta con su cueva como un atractivo turístico con tanto peso, que la mitad del vino que vende lo hace a través de las visitas que llegan a Laguardia para recorrer su calado.
Con una numerosa presencia de visitantes extranjeros, la bodega alavesa les presenta unos vinos tanto en el crianza como el reserva, en los que la madera está presente, pero sin llegar a ocular la fruta. No obstante, Carlos San Pedro señala que el crianza es un vino más estructurado de lo habitual. Entretanto, el gran reserva responde a los estándares clásicos de Rioja, y sólo llega a elaborarse cuando la calidad de la uva así lo permite, por ejemplo, de 2015 no llega a producirse esta referencia porque no lo merece. Por contra, Carlos San Pedro sí que produce vinos de autor, que le permiten una mayor libertad, aunque «son más difíciles de vender», reconoce.
La maceración carbónica es uno de los métodos tradicionales de elaboración en Rioja. Carlos San Pedro mantiene, para algunos de sus vinos, este sistema en el que los racimos fermentan enteros en los lagares durante aproximadamente ocho días, antes de ser prensados con el pisado y su posterior descube, para ser llevados los hollejos a la prensa. La visita a la cueva de la bodega –en pleno casco urbano de Laguardia– incluye una exhaustiva explicación de este método de elaboración tan habitual en los calados y cuevas de La Rioja cuando se producía vino para uso doméstico con las uvas trabajadas por las familias.
Vídeo: Luciano Coccio. Imágenes: Google Earth
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