El Bardallo | San Vicente
Con 'B' de Borgoña, con 'B' de BardalloEl Bardallo | San Vicente
Con 'B' de Borgoña, con 'B' de Bardallo«Me encanta la Borgoña, como el Piamonte o el Ródano, pero vivo en San Vicente de la Sonsierra y lo que quiero es hacer un vino de Rioja, en Rioja».
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La reflexión es sencilla. Lo complejo es llegar a ella. Reflexión de José Gil que entienden perfectamente Carlos Sánchez (y Ricardo Fernández (Abeica). Los tres, junto con David Fernández (Abeica) y Vicky Fernández (José Gil) ponen nombre y cara al proyecto. La Esquirla del Bardallo, Abeica El Bardallo y José Gil El Bardallo son sus vinos. Tres vinos que comparten nombre en la etiqueta, de un mismo paraje, pero absolutamente independientes. Raúl Pérez ya puso esta idea en marcha en León con El Rapalao hace una década. «Es una forma de dar valor un paraje que debiera prodigarse más», apunta Carlos Sánchez, pionero en la marca Bardallo.
¿Qué tienen en común los tres vinos? El paraje, la botella borgoñoña y el tempranillo como base, pero sobre todo amistad y pasión, una enorme pasión. Son capaces de hacer estos vinos porque creen ciegamente en lo que hacen, en la vida en los pequeños pueblos, en la atención máxima al viñedo, en el respecto al entorno, en la salvaguarda del patrimonio vitivinícola, elevado en esta zona, y en ese concepto que va ganando terreno y que es tan sencillo como pensar que el vino se hace en la viña y no en la bodega. «Con buenas uvas podrás hacer un mal vino, pero con malas uvas no podrás elaborar un gran vino», decía muy a menudo el gran Ezequiel García, 'El Brujo'. Aquí, las uvas son buenas.
Tempranillo y viura Plantado en 1982. Vendimia manual en cajas. 13.5º. 18 meses en barricas de 500 litros. 2.000 botellas. 40€
En Borgoña acostumbran a valorizar y clasificar pueblos, parajes y viñedos. Curioso, ni es fácil de entender su compleja clasificación ni se pueden beber sus grandes vinos, impagables para el bolsillo de los mortales, pero la pasión y expectación que generan es imparable y, quien más quien menos, les otorga el rango de buenos o grandes vinos. «Lo que buscó es embotellar un climant. Un crianza lo puede hacer cualquier porque es cuestión de tiempo», dice Ricardo Fernández. Un climant es el reflejo francés de la trazabilidad más precisa de un vino.
Ricardo Fernández aventura que en el Bardallo se cultivan una sesenta hectáreas de viñedo. Ascendiendo por él, la primera parada es La Esquirla del Bardallo. «Abel Mendoza me dio a conocer este viñedo en el año 2015», dice Carlos Sánchez, que establece la edad de estas tierras en 60 millones de años. Tierras pobres, con alto contenido en arena y escaso en arcilla.
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Bardallo, Valseca, La Canoca..., barrancos o rieras que nacen a las faldas del monte Toloño. Paisaje donde no llegó la parcelaria, tierras pobres, viñedos en terrazas, pequeñas parcelas que componen el cuadro policromático del otoño. Bardallo es una lengua de seis kilómetros de longitud por el que serpentean carreteras asfaltadas y caminos, con laderas orientas de este a oeste, pero también de norte a sur.
Tempranillo, garnacha tinta, viura, garnacha blanca, torrontés y malvasia. 1958. 14º. 11 meses en bocoy. 1.700 botellas. 45€
«Nuestra filosofía de proyecto es proteger el patrimonio que tenemos y dejar un legado», dice Vicky Fernández. «Miras desde aquí y no hay nada más bonito», añade José Gil. Pasión. «Me gusta el estilo borgoñón porque no es ostentoso, sino el reflejo de familias que viven en pueblos y de la viña», añade Gil.
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Volvemos a Carlos Sánchez, miembro como el resto, de ese interesante e intenso movimiento que es ¡Martes of Wine¡ y que ha inspirado a otros como Penedés Vida. Sánchez fue el primero en elaborar un vino con el nombre de Bardallo, en este caso la Esquirla, que responde a su pasión por la geología y la arqueología. «Aquí se pueden encontrar muchos restos, entre ellos esquirlas y, en mi caso, la imagen de la etiqueta responde a la idea de una esquirla, pero también a la forma de la finca», señala.
Uno de los grandes patrimonios de Bardallo es su suelo. Pobre y más pobre a medida que se avanza hacia Toloño. Suelos calcáreos, blancos, aunque en el caso de la parcela que cultiva Abeica dispone de algo más de arcilla, lo que le permite retener mejor el agua. Esa pobreza limita las producciones, como es lógico, pero si se alcanza el equilibrio idóneo oferta uvas de enorme calidad, incluso las que se han quedado sin vendimiar en algún que otro vaso. «Para que te hagas una idea, este suelo tiene 60 millones de años. Se formó en el Terciario, cuando todo esto era un mar. La Borgoña, en su momento, también era agua», apunta Carlos Sánchez. «Sin embargo, el suelo que se puede ver al sur de San Vicente, hacia Briones, tiene dos millones de años», puntualiza.
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Tempranillo y viura. Vendimia manual en bins de 200 kilos. 13,5º. Crianza de 11 meses en barrica de roble. 3.200 botellas. 35€
A qué sabe La Esquirla. «A suelos calcáreos, a fruta muy carnosa, muy especiada, no exuberante pero sí fresca y a tanino fino», explica Sánchez mientras repasa con la mirada esta parcela de 5.000 metros que alcanza ya 41 años de vida cuyas uvas fermentan en tinas abiertas y largas maceraciones.
Seguimos ascendido. Se abre un viñedo orientado de este a oeste con presencia de vides blancas en sus 11.500 metros. Territorio Abeica. Era del abuelo de Ricardo. «Un 35% es uva blanca. Aporta fluidez y amabilidad, pimienta blanca propia de la fermentación del blanco con su hollejo sin oxidar, pero sobre todo finura y elegancia. Da igual la parcela. Bardallo es de vinos finos y elegantes», insiste. Su Bardallo macera y fermenta sin raspón.
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Ya hemos dejado atrás la necrópolis del Bardallo. Hay más. Remelluri, San Andrés, Pangua... Nos abrimos hacia Valseca y La Canoca. Miramos más hacia el sol de mañana. Estamos en una de las parcelas de las que nace José Gil El Bardallo. A diferencia de las dos anteriores, éste no es un vino parcelario sino de paraje, de cuatro pequeñas parcelas. Tierras más pobres si cabe, pero deben ser buenas para la viña. «No sé si Bardallo es el mejor paraje o no, pero tiene personalidad», explica José Gil. «Los vinos que salen de estos viñedos son calcáreos, florales, de grano fresco porque aquí la maduración no es sencilla», incide. Vinos que surgen también del contacto con el hormigón crudo y de bocoyes de roble francés.
«Se puede hacer un gran vino siendo un pequeño productor», asevera José Gil. En Borgoña, en Rioja y en cualquier viñedo que forma parte de una vida. Región: Rioja; zona, Sonsierra; Paraje, Bardallo; viñedo: Abeica, La Esquirla,... No es Borgoña, pero Bardallo también se escribe con be. A la vanguardia de Rioja.
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