Una evocación a la raíz vinícola de Murillo

La bodega murillense Paco García comenzó a elaborar lo que luego fueron vinos de municipio, o vinos de pueblo, antes incluso de que el Consejo Regulador hubiera dado el paso normativo que regulara esa figura. Juan Bautista García lo vio venir: «Estaba claro que había que buscar más el aporte del viñedo que los estilos de crianza», asegura, hablando con pasión sobre el vino que hace y que ha visto hacer toda su vida en su pueblo, y explicando que ha tratado de hacer un vino que entroncara con lo que siempre se hacía en Murillo.

«En el pueblo siempre se han hecho vinos que mejoraban mucho en la barrica. Eran vinos contundentes, con una gran capacidad de guarda, que se vendían en la cooperativa», señala el Juanba que, desde 2010, gobierna la bodega que su padre, Paco García, le legó.

La Rioja es un territorio único, pero a la vez, también es muy diverso y por eso, este viniviticultor apuesta porque cada vino «exprese la singularidad del lugar en el que tiene su origen. El vino debe tener una personalidad propia. Es importante que tenga un estilo que marque su identidad de origen».

La clasificación tradicional de los vinos de Rioja en joven, crianza, reserva y gran reserva «ayudó a poner un poco de orden y clasificar nuestros vinos, y es el sistema con el que ha crecido la Denominación», asegura Juan Bautista sin querer desmerecer una clasificación que aún sigue vigente «pero que tiene el problema de que con ese sistema sólo se valora el envejecimiento del vino, y no la calidad».Por contra, el nuevo marco legal que ahora propone el Consejo Regulador «se fundamenta en el origen» y reconoce que quizá al menos en un primer momento, y hasta que cale la labor didáctica que el sector del vino en Rioja tiene que ir haciendo, «el vino de pueblo, quizá se oriente más al mercado nacional y el reserva, al internacional», aunque por influencia de Borgoña, que ha sido quien más ha impulsado este tipo de clasificación, el vino de municipio riojano comienza a ser un producto demandado también en los mercados internacionales..

El responsable de Bodegas Paco García no duda de que «hay que crecer en el mercado, y hacerlo en calidad» e igualmente claro tiene que «hay que hacer vinos caros, pero porque hay que pagar cara la uva que sea buena», evidenciando que –según su opinión– la calidad se paga, tanto en el vino como en la uva.

«El mercado cada vez es más específico y exquisito, y sabe apreciar bien la calidad», reconoce este joven murillense enamorado a partes igual de su pueblo y del vino (que también trata de que esté vinculado al municipio que le vio nacer).

Bajo esa premisa, Bodegas Paco García divide sus referencias en vinos de zona (aquellos elaborados con uvas procedentes de diferentes municipios), vinos de pueblo (que tienen su origen en uvas vendimiadas exclusivamente en Murillo de Río Leza; y los vinos singulares, nacidos a partir de unos viñedos especialmente valorados y con unas características muy específicas).

La Villa es uno de los vinos de Paco García orientado a llevar en su etiqueta la inscripción 'vino de Murillo'. El nombre evoca al pasado del municipio cuando la villa era un recinto que era circunvalado por un muro pequeño –un murillo– que acabó por ser la nomenclatura por la que se conoció y se conoce al municipio.

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