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Frank O'Gehry convirtió a Bilbao en un centro turístico internacional cuando construyó junto a la ría el Museo Guggenheim para albergar arte contemporáneo. Años después, en el año 2006, la construcción del Hotel Marqués de Riscal por el arquitecto norteamericano-canadiense convirtió la centenaria ... bodega en un centro de peregrinaje enoturístico que cada año recibe a miles de turistas procedentes de todos los rincones del planeta.
La estructura de cubos y pilares de piedra arenisca (para mimetizarse con el entorno) sustentan una cubierta de acero inoxidable y titanio coloreado, que simbolizan la metáfora de las botellas de Marqués de Riscal. El titanio tintado en color granate simboliza el vino; el acero inoxidable plateado representa la cápsula y el dorado corresponde a la malla que envuelve las más valiosas de las botellas de la bodega.
Visita 1
Contenido: Visita a la bodega y cata de Marqués de Riscal Rueda Verdejo, Arienzo Crianza y Marqués de Riscal Reserva. Incluye picoteo de chorizo y salchichón riojanos.
Precio: Adultos, 22 euros; menores de 18 años, 11; y menores de 11, gratis.
Duración: 90 minutos
Visita 2
Contenido: Visita a la bodega y cata de Finca Montico, Finca Torrea y Marqués de Riscal Gran Reserva. Incluye picoteo de queso, chorizo y salchichón riojanos.
Precio: Solo para adultos, 36 euros.
Duración: 1 hora y 45 minutos
Visita 3
Contenido: Visita a la bodega y cata de Marqués de Riscal Limousin, XR de Marqués de Riscal Reserva y Barón de Chirel. Incluye picoteo de queso, chorizo y salchichón riojanos.
Precio: Solo adultos, 50 euros.
Duración: 1 hora y 45 minutos
Pero el icónico edificio no es sino la más conocida imagen de una bodega más que centenaria, con instalaciones de tres siglos (el origen está en un edificio –con sus calados– del siglo XIX, que fue ampliado en varias ocasiones en el XX y que ya en el XXI añadió la obra de Gehry), que guarda en su botellero histórico la propia historia de la Denominación.
La bodega se 'alimenta' actualmente por el fruto de 1.500 hectáreas (500 de ellas de la propia firma) que se sitúan en Rioja Alavesa, ubicadas en un radio de entre 8 y 12 kilómetros de distancia de la instalación.
Los viñedos, ubicados junto a la instalación, permiten al visitante iniciar su ruta de conocimiento vinícola allí donde está el origen del néctar que embaucó a Baco y Dionisios. En función de la época del año, se podrá ver la poda, la espergura, el aclareo... en la propia viña.
A continuación pasará a ver el edificio del siglo XIX (año 1860), que supone el inicio de la actividad bodeguera en Rioja del Marqués de Riscal. Una primera ampliación en 1883 dio la posibilidad de seguir creciendo antes de que ya, en el siglo XX, la casa del administrador le concediera un nuevo status al entorno.
Entre esos muros cargados de historia se encuentran los 14 depósitos de madera (de 14.000 kilos de capacidad) donde la uva hace su fermentación alcohólica. Es la zona 'noble' destinada a los vinos de gama alta de la firma.
Hasta 37.000 barricas de roble francés, de 225 litros, acogen después esos vinos en el proceso de crianza, en los que se trasiega cuatro veces a lo largo del primer año, y luego una vez al semestre. Lo hacen en espectaculares calados que han asistido al nacimiento y crianza de los grandes vinos de Marqués de Riscal, los primeros que adoptaron en Rioja el método bordelés y que con ello han conseguido elaborar un vino más longevo.
Testimonio de ello se da en el botellero histórico de la bodega. Una de las grandes joyas patrimoniales de Marqués de Riscal y cuyo valor excede lo material.
Desde que el Marqués comenzó a elaborar vino en la bodega, fue guardando algunas botellas de cada añada. Comenzó en 1860, y la tradición no se ha perdido, por lo que la colección de la bodega cuenta con un 'archivo' con vinos que van camino de su segundo siglo de vida, habiendo superado ya –en algunos casos– los 150 años.
También impactante, no por el valor histórico, sino por su cuantioso volumen, resulta el cementerio de botellas que esperan a que se cumpla el periodo y avance el tiempo necesario para poder ofrecer un vino perfectamente redondeado en el cristal y ser puestas a la venta en cualquier mercado del planeta.
Seis millones de botellas de crianza, reserva y gran reserva descansan en las instalaciones a la espera de su limpieza, etiquetado, empaquetado y posterior comercialización.
El llamativo edificio que Frank O'Gerhy añadió a la ciudad del vino de Marqués de Riscal no alberga instalaciones de la bodega. Se optó por completar la oferta enoturística de la bodega con un hotel de lujo con 14 habitaciones bajo la cubierta de titanio y otras 47 en la ampliación. Ademas, el icónico edificio cuenta con un restaurante gastronómico dirigido por el riojano Francis Paniego, y que presume de una Estrella Michelin, y de otro tradicional.
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