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La Rioja
Jueves, 25 de abril 2024, 12:08
No suele ser habitual mezclar vino y deporte, aunque los amantes de la Eroica, por ejemplo, guardan en su memoria los almuerzos y copas de vino entre pedalada y pedalada, y los que se han atrevico con la maratón de Medoc saben que es posible. ... Pero lo que hizo el experto inglés Tom Gilbey el pasado fin de semana durante la maratón de Londres supera todos los límites anteriores: se propuso correr la prueba parando cada milla (1,6 kilómetros) para catar a ciegas e intentar adivinar los veinticinco vinos que sus amigos le servían. Veintinco caldos de distinta procedencia, uva, añada y valor. Porque había tintos comprados en una gasolinera, pero también dos Rioja y hasta un Barolo de casi 50 euros la botella.
Una marcianada en toda regla, pero con un final sorprendente: Gilbey logró llegar a la línea de meta (lo que ya de por sí es una proeza) y lo hizo en menos de cinco horas, concretamente en 4 horas y 41 minutos. Su objetivo era recaudar fondos para la organización benéfica Sobell House que ofrece cuidados paliativos a enfermos (entre ellos a su madre) y logró más de 15.000 euros.
@tomgilbeywine AND WE’VE ONLY DONE A VIDEO … 26.2 miles 25 wines tasted blind 7 fully correct, 4 wrong & 14 mostly right Over £10k raised for @sobell.house Donation link still open in Bio …. BIG FAT THANK YOU ❤️ #londonmarathon #marathon #blindtasting #tomgilbey ♬ original sound - Tom Gilbey
En su vinícola carrera se combinaron vinos de Chile, Burdeos, Sudáfrica, Australia, Chianti... Y dos Rioja. El primero, en su duodécima parada, cuando se equivocó con un tempranillo de la añada 2016. Pero sí que acertó, cinco vinos después, cuando determinó que lo que sus amigos le servían en la copa que llevaba en el bolsillo trasero de su camiseta era otro tempranillo de Rioja. «Los buenos vinos los tragaba, los malos... a la carretera», decía entre risas a la BBC tras llegar a la línea de meta.
Gilbey logró acertar la procedencia y el tipo de uva en siete de los 25 vinos (lo que no está nada mal para una cata a ciegas y más teniendo en cuenta las circunstancias), atinó con algún aspecto de otros 14 caldos y en cuatro se equivocó completamente.
Reto cumplido, risas y seguro que agujetas con un puntito de resaca. Gilbey ya nunció que no tenía previsto repetir su 'proeza'. Parece más lógico correr bien hidratado con agua y dejar los vinos para disfrutarlos en buena compañía.
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