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«Sin noticias por el momento». Es la respuesta oficial del Consejo Regulador sobre la convocatoria de un pleno para revisar las normas de vendimia. En principio, fueron pactadas en 2023 (por dos años), con una producción amparable máxima para las uvas tintas del 90% ... en campo y un rendimiento de transformación del 69% en bodega, así como la permisividad de un excedente del 4% para elaborar vino de mesa, aunque con una cláusula que introdujo ARAG-Asaja de revisarlas este año en función de los resultados de ventas de vino.
Lo cierto es que la comercialización ha seguido cayendo respecto a entonces y se han reforzado las ayudas públicas para destilación y cosecha en verde, pero el Consejo Regulador continúa sin mover ficha. Si bien las tres organizaciones agrarias de La Rioja son partidarias de rebajar al máximo los rendimientos amparados (85% en campo y 66% en bodega) y de eliminar la tolerancia con el vino de mesa, al menos por ahora, no hay convocatoria de pleno a la vista.
Así las cosas, lo que parece claro es que, si finalmente se debaten las normas de vendimia, no será antes del 22 de abril, que es cuando acaba el plazo para la cosecha en verde: «Nosotros tenemos pendiente una reunión de la comisión del vino, pero entendemos que la situación ha cambiado para mal respecto a cuando se aprobaron en 2023, por lo que habría que revisarlas», explica Igor Fonseca, secretario general de ARAG-Asaja. «Nos gustaría –continúa– que el debate sobre las normas de campaña estuviera cerrado antes de que finalizase el plazo de la cosecha en verde para que el viticultor decida con toda la información, pero únicamente ha habido algún encuentro en que se ha empezado a hablar de pasada del asunto sin que haya una convocatoria de las comisiones correspondientes».
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En este sentido, Fonseca es crítico con la Presidencia del Consejo Regulador, cuyo titular, Fernando Ezquerro, es parte además del sector productor en representación de las cooperativas: «Apenas ha habido reuniones de trabajo en una situación tan difícil como la que estamos viviendo, con lo que prácticamente no se ha analizado ninguna propuesta», denuncia Fonseca.
ARAG-Asaja pactó con los agricultores de los chalecos amarillos y con la UAGR y UPA eliminar la producción excedentaria de vino de mesa y, además de este punto, defiende la reducción al máximo de los rendimientos de producción amparados, con un compromiso real de las bodegas de garantizar los costes de producción: «No podemos estar recibiendo ayudas públicas sin hacer un mayor sacrificio», afirma el secretario general del sindicato.
Igor Fonseca
ARAG-Asaja
Roberto Salinas
UAGR
Néstor Alcolea
UPA
Por su parte, la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR) ya solicitó formalmente la modificación de las normas de vendimia: «Nosotros queremos bajar al mínimo, eso sí con compromisos reales de pago por parte de las bodegas, y, por supuesto, como hemos mantenido siempre, estamos en contra de que se permita el vino de mesa», indica Roberto Salinas, vocal del sindicato en el Consejo Regulador. «El problema –continúa– es que las cooperativas no quieren saber nada de prohibir el vino de mesa y tampoco el Grupo Rioja, que es necesario para cualquier acuerdo, parece estar dispuesto a negociar menores rendimientos del 90%».
Por su parte, Néstor Alcolea, secretario de Organización de UPA, señala que «firmamos el documento para eliminar el vino de mesa porque no se entiende que estemos recibiendo ayudas públicas y al mismo tiempo produciendo excedentes». «No hemos tenido comisión del vino –continúa–, pero está claro que no podemos seguir produciendo más de lo que somos capaces de vender porque, precisamente, esa política es la que nos ha traído hasta aquí, así que sí somos partidarios de tomar medidas que se siguen dilatando».
Los 58 céntimos a los que se estima se pagará el kilo de uva tinta destruido en La Rioja por cosecha en verde (64 en el País Vasco) son en realidad más si se tiene en cuenta que los rendimientos amparados para la próxima vendimia estarán por debajo del 100% de la producción. En este sentido, si la cosecha en verde reconoce 6.500 kilos por cada hectárea de uva tinta, las normas de vendimia actuales únicamente ampararían el 90% de la uva producida por hectárea (5.850 kilos), con lo que el precio real por kilo de uva destruida estaría más cerca de los 65 céntimos que de los 58 estimados. De la misma forma, si hubiera un acuerdo para rebajar al 85% amparado el rendimiento máximo, la cosecha en verde sería todavía más rentable y su equivalencia se acercaría en la práctica a los 70 céntimos por kilo de uva.
La realidad es que las organizaciones agrarias confirman que son «muy numerosas» las solicitudes que están tramitando (el plazo sigue abierto hasta el día 22), con viticultores 'animados' también por bodegas que están limitando las recepciones de uva a un porcentaje máximo que, incluso en varios casos, está por debajo del 85%: «La gente deber hacer bien los números atendiendo a su caso particular, pero también tener en cuenta a nivel general que, a menores rendimientos amparados, mejor salen las cuentas para la cosecha en verde y por eso creemos que el Consejo Regulador debería ser claro con todos los viticultores, pero me temo que hay organizaciones interesadas en conocer la demanda final de cosecha en verde antes de tomar decisiones».
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