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Juan Luis y Maite Quiroga, en la presentación del club de catas Sonia Tercero

Quiroga de Pablo: vinos refrescantes

Club de catas ·

Juan Luis y Maite Quiroga presentan la nueva colección de vinos de la bodega de Azofra, un homenaje a su abuelo y a los vinos frescos y con personalidad de zona

Alberto Gil

Logroño

Viernes, 21 de junio 2024, 13:05

Hace un par de décadas el vino se perdió en la opulencia, en la extracción y en los robles nuevos de tostados intensos, con lo que obvió una de sus principales virtudes: ser una bebida refrescante. Las modas pasan y poco a poco el péndulo fue deslizándose hacia el otro extremo y en la actualidad aquellos vinos, en su momento 'top', han quedado fuera de juego. La colección de vinos que Juan Luis y Maite Quiroga, Bodegas Quiroga de Pablo (Azofra) presentaron el jueves por la noche para el club de catas de lomejordelvinoderioja recupera aquella virtud que quizás nunca debió perder el mundo del vino, con un protagonismo muy especial para el tempranillo blanco, pero también para su hermano tinto y para otras variedades autóctonas como la garnacha e incluso el mazuelo. Los tres hermanos Quiroga -el tercero, Diego, dirige la viticultura-, gestionan una bodega atípica, la única que sigue elaborando y embotellando en Azofra y porque, sin apenas presencia en el mercado nacional, se ha hecho un hueco en los mercados exteriores: «España es muy marquista, sobre todo cuando empezamos, así que decidimos explorar los mercados internacionales y no nos ha ido mal», explicó Juan Luis. Quiroga de Pablo está ahora en una nueva etapa, manteniendo una gama de vinos de corte más tradicional (crianza y reserva), pero también con una nueva colección familiar, Abuelo Cayo -en homenaje a la cuarta generación familiar-, que pone el foco en los viñedos y en la que Juan Luis trabaja con maestría las barricas y el hormigón del calado histórico de la bodega para afinar los vinos, procedentes de una selección las mejores uvas de sus propios viñedos de la zona de Azofra y Alesanco, entre el Najerilla y La Rioja Alta.

La cata

Los dos hermanos comenzaron con Lagar de Cayo Tempranillo Blanco 2023, un vino que les ha ido abriendo puertas, pese a las dudas que inicialmente les despertó esta variedad recuperada en laboratorio: «Siempre nos despertó curiosidad pero los primeros vinos que probábamos mostraban irregularidad, hasta que finalmente decidimos plantar una parcela a casi 700 metros y, sobre todo, con limitada exposición solar para buscar la frescura», recordó Juan Luis. El vino es muy expresivo, con notas de fruta blanca y tropicales, limpio, directo, sin paso por barrica y con un buen trabajo de lías finas. Abuelo Cayo Colección Familiar Tempranillo Blanco 2023 procede del mismo viñedo, en este caso con una fermentación en roble francés y fondos de acacia de 600 litros que lleva el vino un paso más allá: fresco y con una perfecta integración de la madera. Para el que escribe, dos tempranillos blancosmuy refrescantes y ejemplo del potencial real de esta variedad. Abuelo Cayo Rosado CF 2022 es en realidad un clarete: «Mi padre elaboraba claretes, de hecho fueron él y mi abuelo los primeros en plantar tempranillo tinto en nuestra zona, porque todo era garnacha y viura». Esta 'revisión' del clarete tradicional incorpora un 64% de garnacha tinta y un 36% de tempranillo blanco con fermentación en barrica. El vino es sorprendente: sedoso, mineral y, de nuevo, con una integración muy ligera y más que interesante de la madera.

Los vinos de la cata

  • Lagar de Cayo T. Blanco 23. 9,95 €.

  • Abuelo Cayo CF T. Blanco 23. 24,9 €.

  • Abuelo Cayo CF Rosado 23. 24,9 €.

  • Abuelo Cayo CF Garnacha 2020: 29,95 €

  • Abuelo Cayo CF Field Blend 2019 29,95 €

  • Lagar de Cayo Reserva 2015 16,9 €

Abuelo Cayo CF Garnacha 2020 es un vino en el que predomina la cereza por encima de la fresa, con un leve fondo láctico que Juan Luis trabaja en barrica y en hormigón: «Es como yo entiendo una garnacha de mi zona, que poco tiene que ver con otras de España o incluso de Rioja», explicó el enólogo. «Tenemos una capa alta para ser garnacha, pero también mucha frescura». Un vino chulo, directo como todos y, eso sí, con grado alcohólico (14º) para conseguir la maduración buscada.

Abuelo Cayo CF Field Blend 2019 es un parcelario, un viñedo que el abuelo y el padre de los hermanos plantaron en su momento como una 'innovación' en la zona: «Un tercio tempranillo, en la parte baja y más fértil, otro tercio de garnacha en el medio, y mazuelo arriba, casi en la roca madre y en el suelo más pobre». De aquella plantación, Juan Luis elabora hoy este nuevo vino, vendimiado al mismo tiempo y vinificado de forma conjunta, con una crianza larga (18 meses) en comparación con sus parientes de la colección familiar: «Queríamos un vino más complejo, con el aporte de las tres variedades y también con una buena una madera de fondo porque así la pide su notable estructura». El Field Blend combina fruta roja y negra, con toques balsámicos, y con una acidez natural muy agradable que lo hacen persistente y de largo recorrido.

Y, para terminar, un 'clásico', Lagar de Cayo Reserva 2015, un Rioja en el buen sentido tradicional, con finura y, sobre todo, limpieza: «Me resisto un poco a llamarlo 'clásico' porque no me gusta la evolución ni los toques atejados, incluso los olores extraños con que se asocian a veces estos vinos, pero en realidad sí es lo que yo siempre he entendido que debía ser un reserva de Rioja, con fruta madura seleccionada desde el viñedo y también madera y largo afinamiento en botella y hormigón». Un Rioja para disfrutar incluso de sobremesa. Al final, lo que se cató el jueves fueron tres estilos de vinos, con diferentes variedades, colores, tipos de crianza y maduración, con mayor o menor protagonismo de la madera y el hormigón, pero un denominador común: la frescura de una bodega desconocida aún en España, pero más que interesante.   

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