Marcos vs Eduardo Eguren: el mano a mano

No son pocas las catas inolvidables que, tras 18 temporadas, han pasado por el club de lomejordelvinoderioja.com, pero la que protagonizan el próximo lunes 16 de diciembre (20 horas en el hotel Gran Vía) Marcos y Eduardo Eguren pasará a formar parte del ramillete más selecto. Padre e hijo presentarán ocho vinazos a partes iguales con los que mostrarán la visión que cada uno de ellos tiene de su pueblo, San Vicente, pero en la que también llevarán a los aficionados a otras zonas vitícolas como Toro o Ribera del Duero. El interés que ha despertado ha provocado que en pocos minutos se hayan agotado las entradas.

«Quizás mi padre tenga una interpretación más francesa, entre Borgoña, sobre todo la viticultura, y Burdeos, mientras que yo me inspiro más en Italia, en el Piamonte o en Brunello, aunque, en ambos casos, interpretamos nuestra propia viticultura y tradición y el propio paisaje de Rioja y de la Sonsierra». Así se expresa Eduardo Eguren (Cuentaviñas), quien tras comenzar a trabajar con Viñedos Sierra Cantabria se formó en buena parte del Nuevo Mundo para comenzar su andadura en solitario hace un lustro con unos viñedos heredados de su abuelo materno en San Vicente. «He tenido mucha suerte, con un gran padre, pero además un extraordinario profesional que me ha dejado probar y equivocarme hasta que, al final, tenía que reconocer que siempre llevaba razón», explica entre risas el joven Eguren.

La hoja de ruta para la cata es difícilmente igualable, con un repaso a San Vicente y a la interpretación que cada uno hace de sus terroir y con una incursión en Toro (Marcos) y en Ribera del Duero (Eduardo): «Antes se valoraba más la superestructura en los vinos, pero yo tampoco caí nunca en eso», explica Marcos Eguren. «Intento que mis vinos reflejen la finura del paisaje, con los mejores medios en la viña y en la bodega y, quizás mi hijo, busca también lo mismo, pero a su modo, con vinos algo más fluidos, pero en ambos casos la raíz y los orígenes van a ser el centro de todo», detalla Marcos Eguren.

Padre e hijo acuden a la cita del club con artillería pesada: «En mi caso, comenzaremos con el Sierra Cantabria Rosado XF de la cosecha 2024 en primicia porque aún no ha salido al mercado», avanza Marcos. «Por estrecha relación familiar es una colaboración con Xandra Falcó a quien le propusimos hacer un tinto, pero ella quería un rosado, así que con el rosado nos quedamos», indica entre risas. El Bosque 2021, de un viñedo del mismo nombre emblemático de San Vicente, un vino cargado de estructura pero también de elegancia, será la segunda propuesta: «Para mí –explica Marcos Eguren– El Bosque es la pureza de la Sonsierra». Alabaster 2021 es el «gran ejemplo de la finura de Toro», una definición del propio Marcos que parecía imposible para la recia comarca zamorana donde llegaron los hermanos Eguren (Marcos y Miguel) a principios de siglo para revolucionar la zona: «De Toro se espera estructura, pero Alabaster procede de tres viñedos centenarios con unos suelos atípicos en la zona, de canto rodado y con mucha caliza en el subsuelo». Y, para terminar por su parte, la magia de Sierra Cantabria Mágico 2021: «Es la expresión de la Sonsierra antigua, un vino de la parte alta de San Vicente que fue de los primeros que se injertaron tras la filoxera en el pueblo».

¿Inigualable? Lo veremos porque Eduardo Eguren presentará Cuentaviñas Alomado 2021, de un viñedo de 2,7 hectáreas que heredó de su abuelo paterno, con variedades tintas y blancas que el viticultor vendimia (tras una poda tardía para las cepas de blanco) y vinifica de forma conjunta. Cuentaviñas Tinto Fino 2022 es la incursión de Eduardo Eguren en Ribera del Duero, con 11 parcelas de viñedo en alquiler en varios municipios de la zona burgalesa: «Es un Ribera a mi modo, fluido, muy largo pero sin una excesiva estructura y con el que me he ido adaptando poco a poco». El viticultor terminará en San Vicente, con dos parcelarios, Los Yelsones 2021, marcado por los suelos calizos, por la elegancia, la frescura y la textura de la tiza, y El Tiznado 2022, de un viñedo centenario en un suelo de arena roja, textura franco-arenosa y repleto de mineralidad y fruta negra.