Mano a mano: Jesús Madrazo vs Jorge Muga

Madrazo ha apostado por elaborar uvas de viñedos de Rioja Alavesa. Es el caso del Jesús Madrazo San Gregorio Ostiense 2021, un blanco de viura (90%) y malvasía (10%) de El Villar de Álava y Laserna: «Es un homenaje a este clérigo que, venido de Ostia (Italia), dice la leyenda que venció las terribles plagas de langosta que asolaban los campos de Rioja y Navarra en la Edad Media». San Gregorio murió en Logroño, en la calle Rúa Vieja: «Quisimos ya sacar esta marca cuando trabajaba en Contino, pero no pudo ser entonces». Más allá del significado histórico, el vino es un perfil de «Rioja blanco clásico, de esos vinos que lamentablemente se abandonaron durante un tiempo, pero que ahora vuelven a demostrar que están a la altura de los mejores del mundo».

Jesús Madrazo Selección Rioja Alavesa 2021 forma parte de la gama alta con la marca del enólogo:«Es tempranillo, con un 28% de graciano y un 4% de maturana tinta». Madrazo trabaja como nadie la graciano y ha tenido también un flechazo con la maturana:«El tempranillo es fantástico como base, pero estas variedades más rústicas aportan cuerpo, aromas diferentes y, en el caso del graciano, un plus de acidez y frescura». El enólogo propondrá a continuación un salto con Jesús Madrazo Selección Ribera del Duero 2019: «He elaborado cuatro añadas allí con mis vinos, pero tengo once de experiencia y entiendo Ribera un poco a mi modo». «La gente me dice –continúa– que tengo un poco de 'riojanitis' y lo cierto es que no es un varietal de tinta fina, sino que lo completo con unas viejas garnachas (10%) de La Horra y Roa y un 2% de albillo (blanco), con un crianza larga (18 meses) pero en roble de 500 litros no nuevo. Quiero un Ribera, pero también elegancia».

Vuelta a Rioja, a Haro y su entorno, con Bodegas TIHOM y Jorge Muga, el pequeño proyecto de unos de los grandes conocedores de la viticultura de Rioja: «De momento –explica– trabajo sólo con uvas de mi zona, Haro, aunque en el futuro lo haré también con otros valles». Y es que el de Jorge Muga es un proyecto incipiente, nacido en la pandemia y que, además, se vio sobresaltado por la crisis de suministros:«Mi idea era ir despacio, pero entre el covid y, un poco más adelante la imposibilidad de encontrar botellas por la crisis de materiales, no me ha quedado otra...», explica entre risas.

Ya hay en el mercado, en cualquier caso, cinco vinos de TIHOM –el vínculo del vino con el hombre, etimológicamente–, y el enólogo presentará tres de ellos el día 14. Comenzará con THM Blanco 2021, la entrada de gama de Jorge Muga:«Es casi un varietal de garnacha (90%), con un poco de viura y de maturana, y con mi idea de hacer vinos gastronómicos». «Me gusta mucho la garnacha blanca por su mineralidad –continúa– y, de momento, está funcionando muy bien en barras y restaurantes».

TIHOM es la gama alta de la bodega, así que TIHOM Blanco 2020 es el hermano mayor del anterior, también con garnacha blanca pero con más maturana:«Me encanta como combinan estas dos variedades y, sobre todo, creo que en Rioja tenemos todavía un brutal recorrido, ya que hay varias uvas y zonas muy buenas para vinos blancos». Y, para terminar TIHOM tinto 2019, una mezcla 'explosiva' de 45% mazuelo y 55% graciano:«No reniego del tempranillo ni mucho menos, pero, para comenzar, quería un vino de impacto con estas dos variedades». «Aunque son difíciles –continúa–, y hay que arriesgar para la maduración óptima sin pasarse en esta zona, especialmente con el mazuelo que hay que quitar mucha producción, el vino tiene un recorrido extraordinario por delante».

Un menú de lujo para el día 14, con dos enólogos forjados en la escuela del barrio de la Estación de Haro, donde la finura y la longevidad son características irrenunciables para los vinos.