Bodegas Familiares plantea el arranque con ayudas de 6.700 hectáreas de viñas de menos de 40 años

La iniciativa de Bodegas Familiares consiste en el arranque voluntario y financiado de unas 6.700 hectáreas, en torno al 10% de las que existen en Rioja. Pero no de cualquier tipo de viña, porque Eduardo Hernáiz y Juan Carlos Sancha, presidente y vicepresidente de la asociación, han dejado bien claro que se debe proteger el viñedo viejo pero sí sacar de la circulación las uvas procedentes de viñas plantadas en los últimos cuarenta años -según sus cálculos, la masa vegetal incorporada en ese tiempo ha sido de 27.891 hectáreas.

La propuesta afectaría, por lo tanto, a viñedos localizados en suelos de escasa o nula aptitud vitícola. «Y estoy seguro de que nunca nos vamos a arrepentir», ha asegurado Sancha, porque son viñas «que nunca debieran haberse plantado ahí». La medida, añaden, tiene que estar subvencionada para hacerla más rentable y atractiva y piden por ello la implicación no sólo de las administraciones públicas, en este caso los gobiernos por cuyas autonomías se extiende la DOCa Rioja y el Ministerio de Agricultura, sino también del sector, del Consejo Regulador en este caso. Se trata de un planteamiento similar al realizado en Burdeos, «donde ya están arrancando viñedos con una prima de 6.000 euros por hectárea pero aquí tenemos el problema, único en el mundo, y es que los permisos de plantación, pese a ser un derecho administrativo, siguen teniendo un valor en el mercado negro», ha criticado Sancha.

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Bodegas Familiares cifra en 10.000 euros por hectárea la ayuda para dar el paso de arrancar, con el compromiso por parte del agricultor de no volver a plantar viñedo en esa parcela. Pero la asociación cree que se debería reformar la legislación y ampliar hasta los ocho años la pérdida de esos derechos administrativos de cultivo y plantación, porque al fin y al cabo «hay que decidir si queremos perder patrimonio vitícola -esos derechos para plantar viñas- o patrimonio humano».

Y es que «estamos asistiendo a luna salida de viticultores del sector, hayq quienes quieren vender pero no encuentran rentistas que les lleven las viñas incluso a coste cero y se están desplomando los precios de los viñedos. Es un momento casi de desesperación», ha alertado Hernáiz. Pide, por ello, el esfuerzo conjunto y en especial del Consejo Regulador, «como ha hecho la Interprofesional del Vino de Burdeos, que también ha puesto dinero para no dejar a nadie tirado y ayudar a los más necesitados». En este sentido, ha recordado que el máximo organismo de la DOCa Rioja maneja un presupuesto de promoción «de entre diez y doce millones de euros que no sabemos si realmente está funcionando -por la caída de las ventas-. ¡Que mejor promoción que hacer vinos mejores con mejores uvas!». Asimismo, ha recordado que el Gobierno regional destinó el año pasado 17 millones de euros para la destilación de vino «y este 2024 habrá una cifra de dinero similar y la medida no ha dado los resultados esperados».