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La Asociación Bodegas Familiares de Rioja «abandonará la Organización Interprofesional del Vino de Rioja (OIPVR) y el Consejo Regulador el 25 de mayo de 2023 si no produce un cambio en la representación en la mesa», ha anunciado esta mañana Eduardo Hernáiz, vocal y presidente de la asociación, que ha aclarado que sí continuarían dentro de la Denominación.
Hernáiz ha explicado que en las recientes elecciones al Consejo, Bodegas Familiares ha logrado la adhesión del 52% pequeñas y medianas bodegas. De las 410 votantes, 216 les han dado su respaldo. Sin embargo, ese crecimiento de un 44% con respecto a hace cuatro años no se ve reflejado en la representación. De hecho, mantiene dos vocales y el 8% del voto del sector comercial. Esa falta de proporción «se debe al mal reparto de representación en el Consejo», ha indicado el presidente de la asociación, que ha recordado que «en los cuatro últimos años hemos intentado cambiarlo, pero no ha podido ser».
Desde Bodegas Familiares han reiterado la necesidad de que «los estatutos de la Interprofesional y el Consejo reconozcan el modelo familiar, que sigue siendo muy mayoritario en Rioja». El actual sistema «no refleja la realidad económica real», ya que los criterios que determinan la representación «son únicamente el volumen de litros de vino comercializados y una ponderación económica que favorece las grandes producciones de vino barato», ha explicado Juan Carlos Sancha, vicepresidente de la asociación.
También reclaman «una revisión de las ponderaciones económicas que se aplican en la actualidad para medir la representación económica, que priman la estancia en madera o en bodega de los vinos y no su valor real». A su juicio, deben tenerse en cuenta cuestiones como «una compensación por número de bodegas por su implantación en el medio rural, por la creación de empleo y por la importancia y trayectoria del modelo familiar en la creación y desarrollo de esta denominación de origen».
Sobre el tema económico, Sancha ha puesto un ejemplo para aclarar lo que sucede: «Yo vendo vino de viñedo singular a 45 euros contraetiquetado como genérico y, sin embargo, mi botella vale para el Consejo 2,40 euros en las elecciones, mientras que a un reserva vendido en la lineal del supermercado se le asignan 4,85 euros».
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