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Carlos Ferreiro, en un momento de la cata en los salones del Hotel Gran Vía, que celebra sus 25 años

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Carlos Ferreiro, en un momento de la cata en los salones del Hotel Gran Vía, que celebra sus 25 años Justo Rodríguez

Altanza: buen hacer en movimiento

Club de catas ·

Carlos Ferreiro presenta una completa gama de vinos, con la finura, la fruta y la frescura como grandes protagonistas

Alberto Gil

Logroño

Viernes, 18 de octubre 2024, 11:03

Veintiséis años avalan la trayectoria de Bodegas Altanza, que comenzó especializándose en la elaboración de reservas y a día de hoy, aunque estos vinos siguen siendo un pilar básico de su negocio, poco a poco ha ido adaptando sus referencias a los nuevos tiempos: «No podemos ser ajenos a lo que demanda el consumidor, y más cuando tenemos un viñedo, 130 hectáreas, con diferentes suelos y altitudes que nos permite ser muy versátiles», explicó Carlos Ferreiro, enólogo de la casa.

Ferreiro, protagonista el jueves por la noche del club de catas de lomejordelvinoderioja.com, recordó que son tres los pilares sobre los que se asienta Altanza: viñedo propio, la finca Valvarés entre Galilea y Murillo –además de alguna parcela y proveedores históricos muy cercanos de Fuenmayor y Lapuebla–, el tempranillo como uva fundamental, aunque el enólogo ya está elaborando experimentalmentecon maturanas tintas y garnachas, y la crianza en roble francés que, allá por 1998 era casi una excepción en Rioja: «Hacemos algo más de un millón de botellas y con casi 30 años en el mundo del vino, lógicamente, vamos cambiando. Hemos pasado de más a menos madera y, aunque sin perder esas señas de identidad, nuestros vinos han ido también adaptánse a expresiones más frutales y menos roble que antes».

La cata

Carlos Ferreiro comenzó con Altanza Sauvigon Blanc 2023, un varietal fruto de la apuesta de la bodega por esta variedad francesa que la bodega plantó en 2007: «No tengo nada en contra de la viura, que es una uva magnífica para el envejecimiento, pero se nos quedaba un poco corta para vinos frescos y estamos muy contentos con el sauvignon». «Hemos conseguido –añadió– un perfil muy atractivo, sobre todo por la altitud y una exposición solar limitada, y el vino está funcionando muy bien en las barras». Fresco, agradable, con un nariz cítrica y tropical, el blanco que cumple a la perfección su cometido.

Los vinos y sus precios

Los vinos y sus precios
  • Altanza Savignon Blanc 2023 8,5 euros

  • Altanza Reserva 2017 16 euros

  • Altanza G. Reserva 2015 21 euros

  • Altanza Valvarés 2019 11,25 euros

  • Uva por Uva 2019 69 euros

  • Amontillado Colección Altanza Roberto Amillo 50 euros

Altanza Reserva 2017 es una de las especializaciones de la casa. Un vino 'clásico' en su concepto, aunque en el que se encuentra fruta y roble en armonía en un conjunto agradable: «No hacemos reservas todos los años, por ejemplo, no lo habrá en la siguiente añada 2018 y veremos si lo hay en la 2023», explicó Ferreiro. «Para nosotros –agregó–, un reserva se trabaja desde el viñedo, aunque, desgraciadamente, ahora no todo el mundo lo entiende así en Rioja».

Altanza Gran Reserva 2015 va un paso más allá. Uno de los vinos de la noche: elegante, concentrado, con fruta negra y ahumados, un gran vino: «Es una pena pero estos vinos se han quedado para un nicho de exportación, son difíciles de vender en España». El vino genera debate, puesto que está más 'entero' y menos evolucionado incluso que el anterior:«Es la selección de uvas, en esta caso son 15.000 botellas».

Altanza Valvarés 2019 da entrada a una segunda parte de cata. Vinos más expresivos, más frutales y concentrados de parcelas seleccionadas de Valvarés: «Es un crianza, con unos 12 meses en barrica, donde vamos a encontrar fruta roja y negra. Tiene cuerpo, de hecho lo he puesto con esa intención detrás del gran reserva, y es uno de mis vinos preferidos». Un Rioja de corte moderno, muy sabroso y con una estupenda relación calidad/precio.

Altanza Uva por Uva 2019 es un parcelario. Apenas 2.100 botellas de una parcela concreta, Tomillares, que Ferreiro vendimia y elabora a 'capricho', grano a grano: potente, frutal, de impacto y con el mérito, como todos los Altanza, de no caer en la opulencia y mantener la frescura para que los vinos sean muy apetecibles: «Aquí tengo mano libre –explicar entre risas el enólogo–, y la verdad es que estoy muy contento porque el vino ha sido muy bien recibido por la crítica».

Incursión en Jerez

Altanza reservaba una sorpresa final para la cata. Amontillado de la Colección Altanza Roberto Amillo, un Jerez embotellado como si fuera un perfume y, de hecho, nada más caer en la copa su aroma impregna toda la sala: «Antiguamente en Jerez, los bodegueros se echaban unas gotas en el pañuelo por estos aromas secos, incluso seductores», recordó el enólogo. Ferreiro dejó clara su pasión por estos vinos: «Jerez atrapa. Son vinos únicos en el mundo y, en un momento determinado que pensamos en expandirnos hacia otra DO, nos salió la oportunidad de Jerez con Roberto Amillo y no lo dudamos, compramos la marca y luego una bodega».

El enólogo eligió un amontillado de la colección para explicar la doble crianza, de velor de flor y oxidativa, en una saca espectacular de una solera de más de 35 años. Allí, en la sala de catas, estaba también Roberto Amillo, empresario riojano que creó una de las colecciones más importantes del mundo de brandys y vinos de Jerez. Tal y como aventuraba Carlos Ferreiro, el vino no dejó indeferente a nadie, como las explicaciones que alargaron la cata hasta casi dos horas sin que nadie perdiera la atención.

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