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Una persona observa el barrio de bodegas de Quel desde la ribera del río Cidacos. Justo Rodríguez
Presumir de un barrio de bodegas es posible
Patrimonio en La Rioja

Presumir de un barrio de bodegas es posible

Quel, Rodezno, Leza, Ollauri, Medrano... cuentan con envidiables zonas de calados porque «todo tiene solución» pero «requieren conocimiento e inversión», opina el arquitecto Jesús Marino Pascual

Diego Marín A.

Logroño

Domingo, 6 de abril 2025, 08:16

Los barrios de bodegas son parte de la historia de La Rioja. Aunque convertidos ya prácticamente en merenderos, en origen los calados eran lugar de elaboración y conservación de vino. Normalmente se localizan en cerros alrededor de los que se ha extendido la localidad. El hundimiento de dos bodegas en Villamediana de Iregua hace una semana ha vuelto a poner el foco en la situación crítica de muchas de estas zonas. La Asociación para la Recuperación del Barrio Bodegas de Villamediana ha criticado el «abandono continuo» que ha provocado «severos daños estructurales» y ha señalado que, en la última década, «la situación solo ha empeorado». Los socavones, edificios semiderruidos y vandalizados, y los escombros fruto de la ruina hacen del paisaje en el corazón del cerro de San Cristóbal de Villamediana, ya cerrado al tránsito por peligro, algo desolador y común a localidades vecinas como Lardero, Albelda, Alberite, Entrena y Murillo de Río Leza.

Semanas atrás el equipo de Gobierno de Lardero procedió al cierre al tráfico del anillo perimetral de su propio barrio de bodegas «por motivos de conservación y protección». «La intención es prevenir y proteger lo que hay, así el mantenimiento que se haga será más duradero», justificó la alcaldesa, Isabel Barceló. Por otra parte, ante los últimos acontecimientos, el alcalde de Villamediana, Rubén Gutiérrez, reconoció que «es una situación compleja, parte del barrio es irrecuperable; el desuso y la falta de mantenimiento de bodegas y calados ha provocado su deterioro, complicando su conservación».

Álvaro Garrido en un calado de Leza de Río Leza. Sadé Visual

Sin embargo, no todos los casos son críticos. Más de la mitad de los pueblos de La Rioja (94) cuentan con barrio de bodegas y hay honrosos casos de conservación, como Quel, Rodezno, Medrano, Ollauri, Cihuri y Leza de Río Leza. El arquitecto Jesús Marino Pascual realizó un estudio sobre el barrio de bodegas de Quel, donde, explica a Diario LA RIOJA, «la regeneración se ha producido por el estímulo que supuso sacarlo a la luz». «La conservación tiene que ver con el trabajo que se hace y el conocimiento del barrio. Estamos hablando de cuevas, del subsuelo, y tienen sus dificultades», expone Jesús Marino Pascual. «Los barrios de bodegas suelen situarse en terrenos escarpados, con calles en pendiente, con el condicionante de que sufren con el agua porque cae con las escorrentías y hay que controlarla, al igual que la del subsuelo», advierte Pascual. Claro que, siglos atrás, cuando se construyeron estos barrios, no se tenía este conocimiento, por lo que se producen colapsos y ya es difícil revertir la situación.

Uno de los principales problemas es que los calados, generalmente, son propiedad privada y se han ampliado invadiendo dominio público, agujereando el terreno subterráneo, lo que afecta a la estabilidad de las calles. Aunque nuevas técnicas, como la fotogrametría, ya permiten tomar medidas precisas a partir de imágenes, sin necesidad de acceder, realmente no se sabe lo que hay bajo tierra. «Los problemas se derivan del desconocimiento del subsuelo, y es fundamental para saber la capacidad de conservación de la roca que se ha horadado porque puede haber riesgo», describe el arquitecto.

Prohibición de circular a vehículos de gran tonelaje en el barrio de bodegas de Medrano. D.M.A.

Cuando el Gobierno de La Rioja declaró en 2015 Bien de Interés Cultural el Paisaje Cultural del Vino incluyó a los barrios de bodegas como unidades identitarias, instando a los Ayuntamientos a su conservación y mantenimiento. El Consistorio de Villamediana aprobó la semana pasada el Plan Especial de Protección y Regeneración Sostenible del barrio de Bodegas adjudicado en 2019. Y el de Lardero encargó el mismo año y a la misma empresa, la valenciana Grupo Dayhe, un plan similar. «Todo tiene solución, pero debe haber estudios serios, porque siempre se hacen parciales. No se considera un patrimonio importante y requiere conocimiento e inversión, saber qué hay en cada calado, qué tiene por arriba y a los lados, si hay calles que pasan por encima y si está bien atendida», expone Marino.

Muchos calados se abandonan por falta de uso, se heredan y se comparten las propiedades, y lo que antes era un tesoro acaba convirtiéndose en un problema. Si no se mantienen comienzan los desperfectos, se producen los hundimientos y estos provocan un efecto dominó. «El barrio de Quel ha sido bien atendido espontáneamente. El estudio que hicimos es de su singularidad y a partir de él se ha valorado más», señala Marino. Y es que aquella zona es un talud en cuya parte superior existe una amplia planicie utilizada como terreno de cultivo. En el cerro de la Encina de Rodezno existe un centenar de calados, algunos anteriores al siglo XVI, que, describe su Ayuntamiento, «mantienen la temperatura y humedad constantes para conseguir un ambiente ideal para criar vino». El idílico barrio también cuenta con tuferas, lagares, prensas, botelleros, garrafones… Y es que estas zonas también cuentan con un interesante patrimonio inmaterial como es el lenguaje, en cada localidad se denomina a las bodegas de forma diferente: caño (Murillo), anao (Alberite), cubachón (Lardero)…; e, incluso, a las tuferas, llamadas zarceras en Lardero.

Unas personas se asoman a un calado de Rodezno. D.M.A.

Calados en Clavijo

El de Medrano también es un ejemplo de buena conservación. En el cerro Castro se sitúa el origen romano del pueblo, cuyo núcleo urbano se encuentra a un kilómetro de distancia. En el barrio se contabilizan una treintena de calados. Pero el caso más significativo y reciente es el de Leza, que desarrolla desde 2015 un proyecto de recuperación de bodegas centenarias en el parque Las Eras que ya ha otorgado al pequeño pueblo de un importante atractivo turístico. Siete caladosya han sido rehabilitados mediante una inversión de 240.000 euros, la mayor parte subvencionada con fondos europeos y autonómicos. Eran de propiedad privada y el Ayuntamiento instó a los dueños a areglalos o cederlos, algo que también ha empezado a hacer Murillo. Una vez de propiedad municipal, el Consistorio ofrece apadrinamiento a cambio de algunas cajas de vino para eventos, logrando el apoyo de Viña Ijalba, Heras Cordón, Marqués de Cáceres y Marqués de Tomares. En uno de los calados también fermenta Sparkling & Honey, creación del apicultor riojano Álvaro Garrido y el elaborador de cava del Penedés José María Gayá. «Estaban todos en semirruina, abandonados. De niños nos reuníamos allí, siempre había vida porque no había bares, por eso los quise recuperar», explica el alcalde, Juan Carlos Duarte. La previsión es rehabilitar otros dos calados y seguir buscando más, incluso crear una bodega municipal y contar con una persona dedicada a las visitas turísticas, ya que hasta el alcalde se encarga actualmente de realizarlas.

El Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja (COAR) desarrolla un estudio de clasificación, descripción y recomendaciones de conservación de los barrios de bodegas en base a unas fichas realizadas por Marta Palacios. Ya han abordado 47 municipios, detectando patologías y realizando análisis geológicos y topográficos. El trabajo ya arroja una cifra aproximada de 10.000 calados, algunos de 600 años, y 7.000 elementos, como tuferas. Uno de los últimos municipios estudiados ha sido Clavijo. «Nosotros no tenemos barrio como tal pero hay calados en las faldas del castillo y por todo el pueblo», reconoce el alcalde, Pedro Muro.

Jesús García observa su bodega hundida en Villamediana. D.M.A.

«Están relativamente bien, mejor que la imagen que tenemos»

El arquitecto Guillermo Arce forma parte del equipo del COAR que, por encargo del Gobierno regional, realiza desde 2018 el estudio 'Recomendaciones técnicas de los barrios de bodegas de La Rioja'. Para él, los barrios de bodegas, «en general, están relativamente bien, mejor que la imagen que tenemos, lo que pasa es que recurrentemente sucede algo como lo de Villamediana y nos llama la atención».«Hay zonas en Villamediana que están mal, desde luego, pero otras están bien. Y otros barrios están muy bien, como los de Quel y Medrano. Si estuvieran tan mal, cada día se caería alguna bodega y no es así», advierte Guillermo Arce, quien, precisamente, esta semana ha asistido al Foro Internacional de Barrios Históricos de Bodegas celebrado en Baltanás (Palencia) para presentar el proyecto de La Rioja. «Los barrios de bodegas son como los cascos antiguos, con partes que están bien y otras mal, o como las personas de 80 años, que algunos están mal, bien o muy bien», ejemplifica Arce.

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