El arranque de viñedo ya está sobre la mesa en Rioja

Fue este pasado jueves en San Vicente, en una mesa redonda organizada por la Asociación Cultural Sonsierra. Por primera vez en un foro con un número importante de agentes vitivinícolas se hablaba sin ambages de una propuesta en la que no quieren entrar, de momento, ni Consejería de Agricultura ni Consejo Regulador. Pero sí la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), el grupo de exportadores de Rioja Alavesa (Araex) o la Asociación de Bodegas Familiares, que plantearon la necesidad de producir menos. «Hay que hablar de reducir mesa vegetal porque o cambia la perspectiva de ventas o no quedará más remedio. Si nos resignamos a aguantar sin hacer nada, asistiremos a un goteo incesante de viticultores», dijo Néstor Alcolea (UPA), el primero en intervenir.

El 'guante' que lanzó lo recogió Juan Luis Cañas (Araex), que se mostró en desacuerdo con que haya que vender más. «No, todo lo contrario. Rioja tiene que vender menos vino, pero más caro y mejor», señaló el bodeguero riojanoalavés, que añadió que «es mejor que falte uva y vino, para que se paguen mejor. En Ribera de Duero, por ejemplo, la uva más barata se paga a 1,30 euros el kilo». En Rioja, a la mitad de precio. «Aquí sobra viñedo a patadas, lo arranquemos o no».

Y fue Juan Carlos Sancha (Bodegas Familiares) el más contundente. «Sí hay que arrancar viñas, pero viñas malas, y hacerlo de forma selectiva, las plantadas en suelo de patatas, de remolacha, de huerta, de regadío...», aseguró. En Burdeos, recordó, «hay un acuerdo entre la Interprofesional del Vino y el Gobierno de Aquitania para, con financiación de ambas partes, arrancar 9.000 hectáreas». A su juicio, sería una medida más efectiva que las tomadas hasta la fecha así como «eliminar el papel. Hemos permitido que los derechos de plantación inflen el precio de la uva y se pague más por ellos que por la calidad. Es la única región del mundo donde hay un valor especulativo del viñedo».

La voz disonante la puso Álex Las Heras (ARAG-Asaja) «y antes de plantear el arranque de viñedo, hay margen suficiente para ajustar rendimiento, en el campo pero también por parte de las bodegas en la transformación. Necesitamos ajustes a corto plazo». Además, añadió, «no hay una normativa para arrancar viñedo ni tampoco se contempla en la Administración riojana ni en la estatal ni tampoco en Bruselas. Sucede lo contrario, porque la propuesta de Europa es que crezcan las denominaciones y en Rioja hay que negociar cada tres años con las bodegas para frenar nuevas plantaciones».

Sin embargo, sí reconoció el portavoz de la principal organización profesional agraria que «producimos más de lo que somos capaces de vender y las existencias se incrementan año a año. Desde 2018 a 2022 hemos metido 185 millones de litros más de lo vendido y volvemos a la casilla de salida en cuanto a ratios».

La ausencia de representantes del Consejo Regulador o de las organizaciones Grupo Rioja, Asociación de Bodegas por la Calidad (ABC) y Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) fue comentada por los participantes en la mesa. «Me hubiera gustado preguntar a las grandes bodegas si van a pagar por la subida de los costes de producción, consecuencia de la bajada de rendimientos, y si van a cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria», interpeló Roberto Salinas (UAGR).

Alfredo Sánchez, portavoz de la Federación de Cooperativas de La Rioja (Fecoar), consideró que «la única manera de seguir viviendo del vino es vendiendo más» y para ello «hay que intentar articular medidas, saber qué quiere el mercado e identificar a posibles adversarios». En este punto, señaló esos rivales «no son sólo otras denominaciones de origen sino que quizá haya que mirar a otro lado, a productos como la cerveza por ejemplo».