«El impacto fue enorme a nivel agrario, económico y social»

– La filoxera llega tarde a La Rioja. ¿Por qué viendo lo que había sucedido en otros lugares no se reaccionó a tiempo?

– Sorprende, por un lado, que en la entonces Provincia de Logroño no se estuviese mejor preparado. Hay que tener en cuenta que en Francia para estas fechas ya se había superado la crisis y la replantación con injertos sobre pies americanos llevaba ya dos décadas aplicándose. Por el otro lado, viendo que en todas las demás regiones españolas había sucedido algo parecido, la falta de eficacia de las medidas antifiloxéricas deja de sorprender. La falta inicial de respuesta ante la plaga y, sobre todo, para poner en marcha el único remedio contra la misma (la replantación) tiene que ver, sobre todo, con la escasa voluntad política y la falta crónica de fondos por parte de las instituciones. Había un contraste muy fuerte entre las medidas legislativas contra la plaga y su ejecución.

– ¿Por qué los agricultores riojanos se mostraron tan reacios a la replantación?

– Por un lado, la gran mayoría no tenía la capacidad económica necesaria para la replantación de sus viñedos con cepa americana, ni posibilidad de acceder a créditos. Esto quiere decir que la replantación no fue una alternativa para ellos. Al mismo tiempo, la cepa americana fue vista no solo como remedio sino también como la causa del mal, ya que fue justamente con cepas americanas con las que la filoxera fue introducida en Europa.

– ¿Se puede decir que la filoxera cambió la vitivinicultura riojana o hay más factores?

– Sí y no. Está claro que la viticultura después de la filoxera era muy distinta a la anterior. En primer lugar, porque la nueva viticultura tenía otras exigencias como, por ejemplo, el injerto sobre pie americano, un laboreo más exhaustivo y también una mayor necesidad de abono y de tratamientos anticriptogámicos. Al mismo tiempo, la productividad de estos nuevos viñedos solía estar muy por encima de los prefiloxéricos. Pero hay más factores y muy importantes que habían llevado a un cambio profundo. Por un lado, la aparición de las bodegas industriales a partir de la segunda mitad del siglo XIX, pero sobre todo después de finalizar el tratado comercial con Francia. Y por otro, estrechamente vinculado, la crisis de sobreproducción que sufría La Rioja cuando ya no era posible exportar tanto vino. Pero el impacto de la filoxera en La Rioja (y en las zonas vitivinícolas europeas) fue enorme, tanto a nivel agrario como a nivel económico y social.

– ¿Fue la filoxera la causa de la masiva emigración de riojanos?

– Una vez que Francia había rescindido el tratado comercial tan favorable a España, que había hecho posible la exportación en masa de vino español, La Rioja entró en una grave crisis de sobreproducción. El mismo hecho, sin embargo, fue muy favorable a la producción industrial y moderna de vino, ya que las bodegas disponían ahora de una materia prima mucho más barata y de un mercado interior libre de la competencia de los vinos franceses. Pero, sin duda, fue la filoxera la que provocó un éxodo masivo de pequeños viticultores y braceros con destino a otros lugares dentro y fuera de la provincia y también a ultramar. El coste social de la crisis filoxérica fue absolutamente espantoso, no solo en La Rioja, sino en otras regiones vinícolas.