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Desborre en viñedos de Sajazarra. JESÚS BERMEJO
Contrastes primaverales
Viticultura

Contrastes primaverales

La viña recibe con alivio el agua de marzo, uno de los meses más húmedos de la historia, ante el inicio de la brotación

Alberto Gil

Logroño

Domingo, 6 de abril 2025, 20:36

La primavera deja estampas espectaculares con los desborres en las cepas (hinchazones por la inminente brotación) y con todavía nieve en el San Lorenzo, el pico de La Rioja, como puede apreciarse en las imágenes tomadas en Sajazarra esta semana.

Marzo ha sido uno de los meses más lluviosos de la historia –el tercero más húmedo en España desde 1961– y ha supuesto también un importante alivio para la viña riojana ante la inminente brotación generalizada: «Este agua ha sido fantástica porque ha llovido muy bien, de forma constante y ha empapado el suelo», explica el viticultor Juan Carlos Sancha. «Es lo mejor que les podía pasar a las plantas –continúa– porque venimos de unos años muy difíciles».

En este sentido, Sancha recuerda que «2022 y 2023 fueron durísimos para las plantas y 2024, aunque en términos globales se registró agua, cayó a golpes, especialmente durante la pasada vendimia, lo que complicó mucho las cosas pero las cepas seguían necesitando agua para recuperar el equilibrio».

«Aunque en términos globales se registró agua en 2024, cayó a golpes, especialmente durante la pasada vendimia, lo que complicó mucho las cosas»

De hecho, las continuas borrascas del pasado mes, incluida la de comienzos de abril, han retrasado la brotación: «Eso también es positivo porque hasta finales de mes estamos en riesgo de heladas y, cuanto menos avanzado esté el viñedo, los daños, si los hubiera, serían menores y, de la misma forma, cuanta más humedad hay en el suelo la afección por hielo suele ser menor».

Respecto a la futura producción de las viñas, ahora mismo con todo el ciclo por delante, hacer una previsión es prácticamente imposible: «Cada año es diferente pero sí es cierto que cuando la viña produce poco, como el año pasado por las sequías arrastradas, al siguiente suele ser generosa; de partida, podemos pensar en una producción alta pero con todas las cautelas porque queda todo por delante».

Viñedos en Sajazarra, con el San Lorenzo nevado al fondo en una imagen del pasado martes. J.Bermejo

En la zona de los Obarenes, la más afectada por la sequía arrastrada desde 2022, las aguas de invierno, y especialmente de marzo, han sido bienvenidas: «Lo más importante es que hemos recibido el agua poco a poco, no por tormentas, y veníamos de una sequía muy extrema en 2022 y 2023 y con un año atípico en 2024, con lluvias en primavera y en vendimia, pero sequía también entre estos periodos», explica Jesús Bermejo, ingeniero agrónomo y enólogo de Bodegas Señorío de Líbano (Sajazarra). «El ciclo diría que va un pelín retrasado, más como sucedía antaño, y curiosamente aquí tenemos lloros en la zona más baja y desborre ya en la más pegada al monte, pero es de esperar una brotación rápida en cuanto venga un poco de calor».

Viñedos en Sajazarra, con el San Lorenzo nevado al fondo en una imagen del pasado martes. J.Bermejo

Así sucedió el pasado martes, cuando Jesús tomó la imagen adjunta con el San Lorenzo nevado: «Había 30 grados en el viñedo y la cumbre nevada, algo que no vemos todos los años pero que es muy bonito». En todo caso, Bermejo no espera un inicio fácil: «Sospecho que vamos a tener problemas con los hongos porque ahora mismo hay mucha humedad, así que vamos a tener que estar alerta desde el minuto uno».

Señorío de Líbano trabaja además en ecológico en una zona complicada: «Aquí casi todos los años tenemos heladas». Respecto a la producción, es también prudente: «Es cierto que la planta tiene memoria y si da poco un año suele dar más al siguiente, pero aquí, aun a pesar del agua de marzo, creo que seguirá siendo contenida la producción por la sequía vivida».

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