Logroño retoma la revisión del Plan General

El Plan General logroñés fue aprobado en 1985, si bien en 1992 y 1998 se modificó su programa de actuación. El último repaso se le dio en 2002 para adaptarlo a la normativa regional. En 2007 se inició una nueva revisión, que se pretendía profunda, y que se contrató por 660.000 euros con la firma madrileña Ezquiaga Arquitectura. La crisis que conllevó la ruptura de la burbuja inmobiliaria dejó en suspenso el proceso en 2010, si bien años después se retomó y en abril de 2019 se aprobó inicialmente un avance que luego se sometió a exposición pública hasta octubre de ese año.

Caballero ha señalado que encontraron un avance que no tenía la documentación necesaria, una asistencia técnica ya agotada y una cartografía base que había que actualizar, acción para la que ya se han adoptado medidas. Así, ahora ya se convoca la redacción del documento y se va a convocar la comisión de seguimiento del plan para consensuar criterios, ha avanzado.

Entre otras funciones, la revisión tendrá que establecer el modelo de ciudad que se busca, que será más sostenible y que aspira a crecer más hacia dentro, sin «que se desparrame».

El Plan General clasifica el suelo, define los elementos fundamentales de la estructura general adoptada para la ordenación urbanística del territorio y fija los criterios para su desarrollo y ejecución, además de contener las previsiones sobre equipamiento, infraestructuras, espacios libres, así como las medidas para la protección de elementos o conjuntos de interés.

El edil ha calculado que el tiempo que se suele precisar para tramitaciones de este tipo, para renovar un Plan General, suele ser de diez años de media. «Mientras iremos haciendo las correcciones necesarias para cuestiones concretas», como la reciente sobre usos en bodegas.