La vida en un piso tutelado: compartir y sentirse libre

La situación de las cinco usuarias que conviven bajo el mismo techo ha mejorado sustancialmente desde que entraron en este sistema de protección como pudo comprobar la alcaldesa tras hablar con ellas distendidamente mientras visitaba las dependencias. Son mujeres, de entre 40 y 50 años, con autonomía personal y social suficiente para desenvolverse, todas trabajan y siguen sus propias vidas al margen de la convivencia doméstica. Unas van a clase cerámica, otras a gimnasia o quedan por la tarde con las amigas. Es el caso de Begoña Gómez, de 54 años, que se ha erigido en portavoz del resto. «A mí me ha cambiado la vida, aquí me siento mucho más autónoma e independiente; me vino muy bien salir de la casa de mis padres, porque he conocido gente nueva y puedo decidir por mí... por la tarde suelo quedar para tomar café«.

Corroborando su testimonio, la alcaldesa afirmó que «los pisos tutelados son una oportunidad ilusionante para que las personas con discapacidad intelectual desarrollen un proyecto de viad autónomo y de integración«. El programa, »propio de una ciudad inclusiva«, ofrece instrumentos para el desarrollo de habilidades personales y sociales. »Es un programa muy ilusionante, una oportunidad para que los logroñeses con otras capacidades desarrollen un proyecto de vida autónomo y totalmente integrado en la sociedad«.

A los 18 años es cuando estos chicos se quedan fuera del sistema de protección social y para evitar que su destino sea la calle o continuar con sus familias, por ello el perfil de los residentes de las cuatro viviendas tuteladas, en las que residen 10 hombres y 10 mujeres, es ser mayor de edad y con una situación de riesgo social (por orfandad, abandono, desestructuración familiar, etc.) o que de deseen alcanzar mayores cotas de autonomía.

La regidora ha indicado que una ciudad inclusiva es aquella en que todos los logroñeses pueden tener un proyecto vital y ser felices con independencia de sus capacidades y, «dentro de ese gran objetivo, hay algo fundamental que es la autonomía personal, y dentro de esa autonomía personal la vivienda es uno de los elementos fundamentales».

Este proyecto, ha proseguido la alcaldesa, se acompaña de un contrato con Plena Inclusión para la prestación de un servicio de tutela, a fin de ofrecer un entorno protegido en el que los usuarios puedan desarrollar su día a día con un alto grado de autonomía.

Los monitores prestan un apoyo educativo y psicosocial a los residentes y les ofrecen instrumentos para el desarrollo de sus habilidades personales y sociales para esta experiencia de convivencia.

Ha detallado que este servicio, que se puso en marcha en 1997 y fue adjudicado de nuevo en noviembre de 2018 a Plena Inclusión por 381.000 euros y tres años, se presta a través de cinco profesionales, que atienden a los usuarios las 24 horas del día, aunque de forma habitual no pernoctan en los pisos.

«Es un proyecto en el que creemos, por el que apostamos fuertemente desde hace años y que se ha demostrado muy eficaz para la inclusión, la autonomía, integración y, en definitiva, la felicidad de muchas personas», ha destacado.

Los usuarios de este servicio, ha resaltado, no pagan ninguna cuota por disponer de una plaza, aunque tienen que cubrir sus gastos de manutención, vestido y otros que ellos decidan acometer; mientras que el Consistorio logroñés aporta las viviendas equipadas, cubre los gastos de comunidad y hace frente a las obras de acondicionamiento.

Por su parte, Plena Inclusión realiza el programa de ocio y tiempo libre, se encarga de los materiales para las limpiezas habituales y acomete pequeñas reparaciones.