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Khalib, que prefiere mantenerse en un segundo plano ante las cámaras, en su pastelería junto a su esposa Dorsaf. En el detalle, uno de los dulces rellenos con pistachos. Juan Marín
La vida de un pastelero sirio en Logroño

La vida de un pastelero sirio en Logroño

La guerra forzó a Khalib a abandonar Daraa, de donde se vino con las recetas familiares, un rodillo y un molde | El dulce familiar, que empleaba a más de cien obreros, se hizo famoso en su ciudad; ahora los vende en un pequeño local de la calle Cigüeña

África Azcona

Logroño

Lunes, 16 de diciembre 2019, 20:09

Uno de los recuerdos más tempranos de Khalib, de 50 años, es hacer pasteles con su madre y abuela, los mismos que desde hace dos meses y medio vende en Cigüeña, 59, un discreto local que despierta la curiosidad de los paseantes de este ... entorno próximo a la Universidad. Miran y llevados por la curiosidad, cada vez son más los que acaban entrando. La tradición comenzó con el padre de su abuelo -«o puede que antes»-, en la bella y encantadora ciudad siria de Daraa, hoy destruida, donde el dulce familiar se hizo famoso. «Generaciones y generaciones», gesticula varias veces llevando la mano hacia atrás para hacerse comprender. «Trabajaban 150 personas y también fabricábamos helados. El negocio empezó a declinar con la muerte de mi tío, y luego vino la guerra, de momento funciona pero con miedo a nuevos ataques».

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