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Los tres cementerios municipales (Logroño, Varea y El Cortijo) se están preparando estos días para recibir a los numerosos visitantes que se acercarán con motivo de la celebración, el 1 de noviembre, del Día de Todos los Santos. En todos ellos se están realizando labores de limpieza, si bien en Varea, además, se están retirando los restos de árboles caídos en las últimas tormentas.
A lo largo de este año (de octubre a octubre), la ciudad ha registrado un total de 1.441 incineraciones y 313 inhumaciones, tal y como ha informado este lunes la concejala delegada del Área de Cementerios, Laura Rivas. Ello quiere decir que la incineración se utiliza en 82 de cada cien casos y que la inhumación se ha convertido en la opción minoritaria. Las incineraciones del mismo periodo del año anterior fueron 1.299.
En cuanto a las inhumaciones, en los tres cementerios municipales se llevaron a cabo 313, (309 en el cementerio de Logroño, 3 en el de Varea y 1 en el de El Cortijo), frente a las 363 registradas de octubre de 2022 a octubre de 2023. En cuanto al cementerio musulmán de Logroño, situado junto al camposanto municipal, del total de inhumaciones (313), 9 fueron realizadas en este espacio
Por otro lado, en los cementerios municipales se realizaron en este período 451 movimientos de restos sin incinerar (674 en el año anterior) y 115 incineraciones de conjuntos de restos (128 en el año anterior).
Además, hubo 392 inhumaciones de cenizas, más 52 incineraciones de restos procedentes de otras sepulturas.
El aumento del número de cremaciones se afronta, por parte de la capital, con dos hornos, el primero de 2001 y el segundo de 2010. Para la sustitución del segundo, de menor capacidad (solo sirve para la incineración de restos) y que ha sufrido más averías, la Junta de Gobierno Local aprobó el pasado 18 de octubre el proyecto de obras, así como el expediente de contratación, que estará dotado de una cuantía máxima de 239.999,99 euros (IVA incluido).
Con estas obras el cementerio contará con un nuevo horno crematorio de mayor capacidad, además de adecuar las salas de incineración y la de introducción de los féretros al horno. Siempre que sea posible se mantendrán los hornos en funcionamiento durante la ejecución de las obras, ha avanzado la concejala responsable, quien ha calculado que, de esta forma, en vez de las cinco cremaciones diarias, las instalaciones municipales podrán afrontar hasta ocho.
Para atender el aumento de visitantes de estos días, la Policía Local contará con un refuerzo de personal en el entorno de los cementerios, ha explicado Laura Rivas. Además de las labores de regulación del tráfico para garantizar el correcto acceso al camposanto, varios agentes se situarán en los accesos al recinto y en el interior de este, para ofrecer seguridad a la ciudadanía y una labor de prevención en todo momento, ha avanzado la edil.
En este sentido, cabe recordar, ha dicho, que el reglamento de estas instalaciones exige que las personas encargadas guarden con el público las debidas atenciones y consideraciones, mientras que a los visitantes se les pide que se comporten con el respeto debido en estos espacios.
De la misma manera, no se permite la colocación de objetos fuera de la propia sepultura, ni la plantación de arbustos o semillas; se impide la grabación de imágenes de unidades de enterramiento, recintos e instalaciones (se podrá autorizar en casos justificados la obtención de imágenes generales o parciales de los recintos). Las obras e inscripciones funerarias deberán ser respetuosas con el carácter y finalidad de los recintos.
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