Vecinos y hosteleros no se ponen de acuerdo para atajar el ruido en el Casco Antiguo

Y todo ello con las reclamaciones vecinales ya sobre la mesa de que se cumplan las ordenanzas municipales y se suspenda la concesión de nuevas licencias a establecimientos hosteleros (el foco también está puesto en los pisos turísticos), amén de la revisión de las existentes que hayan pasado de mano en mano sin incorporar mejoras en pro de la convivencia en la capital de La Rioja.

Sea como fuera, este segundo y último encuentro, primero en el que vecinos y hosteleros se han visto las caras, ha dejado claro que las posturas de ambas partes se antojan irreconciliables. Dicho de otro modo, no hay acuerdo posible pese al buen tono en el que ha transcurrido el encuentro, con concejales de todos los grupos municipales, gobierno y oposición, atentos a los argumentos de unos y otros.

Así, la hostelería, de manera unánime, ha rechazado ser el problema del Casco Antiguo. Francisco Martínez-Bergés, de Hostelería Riojana de la FER, ha querido dejar claro que la situación «no solo se da en Logroño, sino en todos los cascos antiguos de España». «Como hosteleros estamos dispuestos a llegar a acuerdos, siempre y cuando se nos deje seguir trabajando y ganándonos la vida, cumpliendo las leyes, por supuesto, pero manteniendo nuestra actividad».

«Hay quien dice que se ha tenido que ir a vivir a otro sitio y luego alquila su vivienda como piso turístico en el Casco Antiguo o que organiza despedidas de soltero en el Casco Antiguo de otras ciudades», ha espetado oponiéndose a la 'criminalización' del sector que algunos persiguen. «De acuerdo con compaginar la actividad económica con el derecho al descanso de los vecinos, estamos dispuestos a tender la mano y a llegar a acuerdos, pero sin que se carguen nuestro negocio», ha insistido.

«Nosotros no somos los culpables de todo, todos somos culpables y tenemos nuestra parte de responsabilidad; lo que pasa es que queremos vivir en el centro y que no nos moleste nadie, y todo no puede ser», ha dicho tras reconocer que «también hay hosteleros que no cumplen como deben, y los primeros en decir que el que no cumpla debe ser sancionado somos nosotros... pero que por culpa de dos o tres tengamos que pagar todo un sector, que es lo que da la sensación, pues no puede ser».

Desde el sector se señala al incivismo y al botellón como 'causas' en la imagen negativa que parece haberse ganado la hostelería del centro en la capital de La Rioja. Y tampoco creen que la cuestión dependa de los horarios. «Cuando cerrábamos pronto en pandemia, acordémonos del macrobotellón que se formaba en el parque del Ebro. La gente no dejará de salir de fiesta porque se limiten los horarios, porque la fiesta se transformará en otro tipo de reuniones», apuntan bares desde la plaza del Mercado.

«Los problemas del Casco Antiguo no solo los genera la hostelería. Hay calles donde no hay locales de ocio, pero tampoco comercios», recordó una hostelera, cuya madre en su día fue comerciante «y ahora trabaja tras una barra». No pocos hosteleros han pedido mayor presencia policial, pues creen que el a su juicio «ruido residual» de la hostelería crece cuando esta cierra, según ha advertido un hostelero como Adolfo Sáenz, conocido en la Laurel.

«Nos somos el diablo, no somos una hostelería que nos desentendamos del barrio. No porque se talen los árboles dejará de haber incendios, hay que tomar medidas para evitar los incendios… podemos tomarlas, sí, y ya lo hemos hecho. Más que una mesa de diálogo esto nos parece una caza de brujas», ha dicho el propietario de varios locales, desde la plaza del Parlamento a la del Mercado.

«Los que no somos culpables somos los vecinos, se lo aseguro, los vecinos somos los sufridores», «nadie está en contra de la hostelería, sino del exceso de hostelería, que es lo que tenemos» o «los vecinos ya no podemos ceder más», han sido las respuestas de los distintos colectivos vecinales a los argumentos esgrimidos por propietarios de bares, restaurantes, pubs y locales de copas, que también han hablado de especulación (por los precios que se piden por los bajos).

«Solo pedimos que se cumplan las normas, nada más. Si queremos concentrar el ocio nocturno en el Casco Antiguo, de acuerdo, que lo digan abiertamente, pero mientras no sea así los que vivimos merecemos respeto», han apuntado desde Logroño Sin Ruidos. «Se trata de exigir el cumplimiento de la normativa, no se trata de enfrentar a nadie», ha concretado Araceli Lumbreras.

Desde el Foro del Casco Antiguo tienen claro que la solución pasa por definir de una vez qué modelo de centro histórico «queremos para Logroño», «porque lo que hay actualmente no es compatible con el derecho al descanso». «Son cosas incompatibles, y mientras no lo asumamos nos vamos a llegar a acuerdos porque es imposible; nada cambiará mientras no se primen los derechos de los vecinos. ¿Que ya se ha apostado por un modelo desde hace años? Sí, pero a lo mejor hay que ir cambiándolo poco a poco», concluyó.

También desde las discotecas y salas de fiestas, llegado el momento, han levantado la voz, hablando de los problemas que tienen para controlar lo que pasa fuera de los locales. Mayor presencia policial también ha reclamado Alfredo Iturriaga, carnicero en la plaza de abastos y representante de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico.

Escuchadas todas las partes, según ha recordado el concejal de Participación Ciudadana, Francisco Iglesias, será el propio alcalde de Logroño, Conrado Escobar, quien «detallará una serie de medidas concretas» la próxima semana y que se adoptarán tras la también llamada citada 'Mesa de la Convivencia del Casco Antiguo'. Y ello más allá de agilizar la ya anunciada tramitación de los planes de acción en materia de contaminación acústica de Logroño con el fin de tener actualizada toda la normativa tal y como establece la Directiva Europea 2002/49/CE sobre ruido ambiental.