Vecinos del Casco Antiguo exigen la suspensión del sistema de recogida puerta a puerta

«Se nos está obligando a convivir con las basuras, que se acumulan durante horas junto a nuestros portales», ha señalado la entidad. Estos vecinos del Casco Antiguo entienden que este sistema, en marcha desde el octubre pasado, ha fracasado y critican que se pueda ampliar ahora a vidrios y botellas, tal y como anunció el lunes el concejal de Medio Ambiente, Jesús López: Para ellos, «es la gota que colma el vaso, ya que afectará directamente a las escasas horas con que contamos para descansar».

La recogida de los envases de vidrio supondrá escuchar los ruidos de su depósito a altas horas de la noche o la madrugada y de la recogida temprana por los servicios de limpieza, han apuntado.

«Basta ya de negociar únicamente con la hostelería planes a su medida sin consultarnos ni tener la más mínima sensibilidad con los residentes», han afirmado quienes conforman esta plataforma.

«No es sólo una cuestión estética, que también, sino que, con el calor, el sistema puede convertirse en un problema de salud pública, con decenas y decenas de acumulaciones de basura orgánica, junto con cartones y envases durante horas, y a las que ahora se quieren añadir miles de botellas en la puerta de nuestras casas», han referido.

Los vecinos recuerdan que el propio Ayuntamiento ha reconocido las deficiencias del servicio y conoce las quejas vecinales, «pero, en lugar de hacer responsable a la hostelería del centro histórico de sus residuos, como sucede con el resto de ciudadanos y de hosteleros de la ciudad, la respuesta ha sido cambiar taza por tazón».

«No pedimos nada fuera de lo normal, sino simplemente que cada logroñés se imagine cómo sería la convivencia con docenas de montañas de basuras en su propia calle», han dicho, a través de una nota de prensa.

La plataforma vecinal reclama al Ayuntamiento «no sólo soluciones a la carta para la hostelería, sino un plan de acción negociado con sus residentes para el problema de las basuras, de la falta de limpieza y la desatención crónica de la zona».

El colectivo ha mencionado además los problemas de los conenedores soterrados de Portales y los de refuerzo de la plaza del Mercado que «sirven para dar servicio a la hostelería y se convierten en mingitorios. Paradójicamente, hay calles de la zona norte del Casco Antiguo, desde San Gregorio hasta la plaza del Mercado, donde los vecinos no tienen contenedores para reciclar»

Por fin, «reclamamos una mayor atención para zonas periféricas del Casco Antiguo, en plazas como la de la calle del Horno, donde en varias ocasiones son los propios vecinos los que tiene que retirar restos de vidrio y de plásticos de botellones, incluso en el recinto de juegos infantiles, ya que no se atienden con la diligencia debida. Por no hablar de las incontables pintadas en fachadas y locales vacíos que han convertido el corazón de nuestra ciudad en un lugar siniestro, donde lo que se necesita son nuevos comercios, oportunidades laborales, un verdadero plan de vivienda social y un control exhaustivo de pisos turísticos y negocios hosteleros».