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Por un lado, el ruido que comienza cada vez antes y se acaba muy, muy tarde. Por otro, las dificultades que encuentran los logroñeses para quejarse y exigir que se tomen las medidas oportunas. Un grupo de vecinos de la calle Bretón está intentando organizarse ... para reclamar su derecho al descanso sin tener que convertir su casa en un auténtico búnker para llevar a cabo acciones tan cotidianas como leer a gusto.
Entre los problemas destacados, una portavoz de este grupo, que prefiere que de momento no se mencione su nombre, destaca que los bares tienen dentro la música a todo volumen y mantienen la puerta abierta, cuestión que se les permite, según le ha informado la Policía, por el hecho de tener terraza. Buena parte de la semana, las terrazas tienen permiso hasta las dos de la mañana –de domingo a miércoles, hasta la una–. Pero, además, se juntan los que se quedan en la vía pública con los que salen de alguno de los locales de la calle con horario especial y, al final, también llegan los de las discotecas a las seis de la mañana.
En resumen, toda la noche en danza. Ha pedido reunirse con el concejal de Urbanismo, pero aún no lo ha conseguido, cuenta, para señalar que también ha solicitado ver al alcalde, Conrado Escobar, en sus sesiones de los sábados abiertas a vecinos.
Porque quejarse resulta de lo más difícil. Que si hay que usar una instancia general a la que no se hace caso, que la Policía le dice que necesita al menos una decena de mediciones... La cuestión es que ahora los vecinos implicados podrán apuntar las veces que tienen que llamar.
El hecho es que desde las seis de la tarde los sábados no se puede estar en casa ni con la ventana cerrada. «Primero lo hace uno –lo de la música a tope dentro y la puerta abierta– y por fin terminan haciéndolo todos», señala la portavoz. Recuerda también que el mobiliario –estufas, mesas, sillas, sombrillas– se queda en la calle todo el tiempo, apilado cuando no está en uso y que hay vecinos que incluso no pueden pasar a sus viviendas entre las terrazas. Al final, en su opinión, la calle Bretón se ha convertido en una «disco móvil al aire libre».
Que en esta calle, como en otras de la capital –Martínez Zaporta, San Agustín, Duquesa de la Victoria...– hay mucho ruido es algo que el Ayuntamiento sabe porque cuenta con mediciones y, con ellas, empezó a tramitar en marzo pasado la declaración de protección acústica especial para el centro histórico y La Zona con la abstención de PP y Cs. Los estudios se hicieron con ocho estaciones fijas durante tres semanas entre octubre y diciembre de 2022, por un lado, y con 150 puntos de medición rápida, por otro. Y depararon que en las zonas analizadas se incumplen los objetivos de calidad acústica en los tres periodos del día, principalmente por la tarde y, especialmente, por la noche en las zonas donde existen establecimientos de restauración.
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