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J. C.
Logroño.
Sábado, 5 de febrero 2022, 01:00
Lo que siguió a la sublevación militar fue una «criminal barbarie», en palabras de Jesús Vicente Aguirre. Víctimas y más víctimas, «todas civiles, todas ajenas a una guerra declarada por sus ejecutores, todas eliminadas en un planificado proceso de exterminio que comenzó el 19 ... de julio».
«Una vez capturadas, si no eran asesinadas rápidamente en cunetas y descampados, las conducían hasta Logroño para hacinarlas en los centros de clasificación habilitados en el frontón Beti Jai y en la Escuela Industrial», recuerda La Barranca en una historia que con el 'memorial' se dará a conocer.
Asesinados Al menos 395, 10 mujeres entre ellos, la mayoría enterrados en el cementerio en la zona de caridad, los menos en panteones, y aún menos recuperados para ser devueltos a su lugar de origen
Lugares del crimen Los alrededores de Logroño, con todas las carreteras de acceso a la cabeza, aunque 97 en las propias tapias del camposanto, siendo el mayor número.
Agosto de 1936 fue el mes con mayor número de asesinados. Todos los días, de mañana, un agente judicial y un médico forense llegaban al cementerio por la entrada de la carretera de Mendavia a levantar acta. «Varios grupos de personas los aguardaban, nerviosas, para entrar detrás de ellos a un angosto edificio incapaz de contener tanta angustia». Allí estaban los cuerpos que los camilleros de la Cruz Roja habían recogido al amanecer en los alrededores de Logroño.
Gracias a los citados apuntes se sabe que 97 los encontraron en las tapias del cementerio, 83 en La Grajera, 60 en la carretera a Viana, 32 en la carretera a Zaragoza, 26 en el huerto de las Bolas, 15 en la carretera a Oyón, 10 en el Arco de Navarrete, ocho en la Estación de Fruticultura, siete en el Ventorrillo, cinco en los Cascajos de Villamediana, cuatro en el cementerio de Varea, cuatro en Ygay, tres en el puente de Hierro...
A partir de entonces, del cementerio de Logroño se pasó a La Barranca, y la historia de esta última, declarada recientemente Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Sitio Histórico, quizás tapó la otra... 400 tumbas «sin nombre» –ya sin restos, eso sí– a la espera de ser rescatadas del olvido.
Mientras el 'memorial' toma forma, las figuras de algunos hombres y mujeres represaliadas han sido reivindicadas. Pendiente queda, por ejemplo, el homenaje a Basilio Gurrea, alcalde republicano de Logroño asesinado a principios de agosto –y cuyos restos descansan en el panteón familiar–. Tal acto fue aprobado por el Pleno del Ayuntamiento en 2011, pero aún no se ha llevado a cabo.
Dentro del listado de víctimas, también, una de las 10 mujeres que se incluyen es Luisa Marín Lacalle, que desde 2020 da nombre a la antigua Milicias, donde se ubica la sede de UGT. Activista sindical, fue una mujer que luchó por los derechos de los trabajadores... Operaria de Tabacalera fue asesinada en La Grajera y uno de los 400 cuerpos enterrados en el cementerio.
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