«Aquí puedes encontrar un espíritu joven»

Las grandes avenidas comerciales de las ciudades, como la Gran Vía, Portales y San Antón, cada vez están más conquistadas por las franquicias, las grandes marcas y la hostelería, pero hay comercios que resisten, como una lucha entre David y Goliat. Un buen ejemplo es Biba, una tienda con más de 40 años de vida, situada en medio de la Gran Vía de Logroño.

Originalmente el comercio se abrió en 1982 en la calle Daniel Trevijano. En 2009 los fundadores se jubilaron y su hija, Eva Rubio, heredó el negocio, trasladándose al número 25 de la Gran Vía. En mayo de 2010 una explosión de gas obligó a derruir el edificio en el que se encontraban y se vieron obligados a trasladarse, tras permanecer varios meses cerrado, a un local de la acera de enfrente. En su actual emplazamiento, el cuarto, en el número 33, Biba lleva una década.

«Siempre hemos sido una tienda de moda para mujer, aunque ahora tenemos más complementos, y años atrás hemos tenido bañadores e, incluso, algo de caballero», cuenta Eva Rubio, convencida de que la ubicación del comercio es importante. «La Gran Vía es la mejor calle, por donde más gente pasa. Siempre hay personas de paso que se dan una vuelta por aquí y es más fácil atraer a nuevos clientes si estás más céntrica», opina.

Además de las prendas de moda que ofrece la tienda, con novedades cada quince días, la responsable de Biba destaca la atención ofrecida. «El trato personal es importante, intentamos atender bastante bien y cuidar al cliente. Hacemos ese esfuerzo», subraya Rubio. Biba no solo cuenta con ropa de diferentes estilos, también para una franja de edad muy amplia.

«Aquí puedes encontrar un espíritu joven, pero te tienen que gustar cosas un poco más atrevidas, algo diferente», destaca, señalando que ha tenido clientas que empezaron a comprar en su tienda de adolescentes y continúan siendo ahora adultas. Quizá por eso Biba es ya un clásico del comercio logroñés. «Las cosas están difíciles y no nos lo ponen nada fácil, pero cada uno tiene que luchar por lo suyo. En los momentos duros hay que esforzarse más», reconoce Rubio.

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