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Todo quedó en un susto... en un gran susto y en 15 metros de tapia caída, afortunadamente, sin daños personales que lamentar. Las obras de mejora que estos días se acometen en la calle Cabo Noval han provocado el derrumbe de parte del muro original del recinto de las Bodegas Franco-Españolas, justo al otro lado del Ebro.
El desplome del muro de mampostería –de sillarejo, según precisaba ayer a Diario LARIOJA personal que ya trabaja en su reconstrucción– tenía lugar la pasada semana en plenas labores de renovación de las aceras de la calle de las bodegas por parte del Ayuntamiento de Logroño.
Parte del muro perimetral, concretamente el que se levanta a continuación de la reja que protege el edificio noble al que se accede desde el Puente de Hierro de la capital de La Rioja, no aguantó el movimiento de tierra previo al ensanchamiento de aceras que contempla el proyecto municipal.
Se trata del muro primigenio de finales del XIX que acotaba el recinto de las centenarias bodegas fundadas en 1890 por Frederick Anglade Saurat de Burdeos «cuando los franceses se instalaron en la región para reemplazar con los vinos riojanos sus viñedos agonizantes por el ataque de la plaga de filoxera». La construcción, según personal de la bodega que se encontraba valorando lo ocurrido a pie de ‘derrumbe’, data de esa misma época.
Ayer, días después del incidente, la zona estaba acordonada y ya podía verse la solución alcanzada para levantar de nuevo el muro. Las piedras caídas, acumuladas en dos grandes montones, llamaban la atención de los paseantes que también podían comprobar cómo el resto del muro, el que se extiende hacia el Adarraga, había sido convenientemente apuntalado para evitar otros posible accidentes.
Y es que las obras en la zona, como se encargaba de señalar el propio Ayuntamiento de Logroño, no han parado. Desde la Administración local se quitaba importancia a lo sucedido –algo normal cuando se trata de elementos «de cierta antigüedad»– y se confirmaba que el derrumbe se producía «mientras se estaba picando la acera existente». «Se sigue trabajando en otro tramo de calle y el muro caído será repuesto dentro de la misma actuación», concluían.
Las obras de mejora –ampliación de aceras, ejecución de pasos peatonales y rehabilitación del firme en la calzada– en la calle Cabo Noval forman parte de la reurbanización que se está desarrollando en el entorno del Ebro –junto al acceso al embarcadero y al parking de Las Norias–, siendo la intervención de mayor montante económico al ser adjudicada a Antis Obra Civil por algo más de 163.000 euros.
Ha sido precisamente durante los trabajos en la acera en el entorno de las Bodegas Franco-Españolas donde la histórica y centenaria tapia ha dicho ‘basta’. Diario LARIOJA trató ayer sin éxito de que la propiedad se pronunciase sobre lo sucedido.
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