Miguel Herreros

El semáforo de Los Lirios ya está operativo

El semáforo del barrio logroñés se pone en marcha entre la expectación y la desconfianza de los vecinos

Teri Sáenz

Logroño

Martes, 18 de febrero 2020, 09:19

El insistentemente anunciado semáforo para facilitar el paso de la circunvalación de los vecinos de Los Lirios se ha puesto (por fin) en marcha. Lo ha hecho esta mañana en torno a las 9 horas, minutos después de que la mayoría de las familias ... que atraviesa esta parte de la ciudad para llevar a sus hijos al colegio cruzaran la LO-20 como todos los días: con una pareja de agentes de la Policía Local regulando el denso tráfico que a esa hora del día se acumula en la rotonda del Berceo.

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La tardanza en ponerse en marcha ha sido la primera duda que ha asaltado a los viandantes. «¿Pero no era hoy el día?», se preguntaba Miriam quince minutos antes de dejar a su hijo Álex en la guardería La Inmaculada, en Avenida de la Paz. Sí, era el día, pero no la hora. Hasta que la vía no se ha despejado de padres con sus mocetes no ha sido posible accionar el botón que da paso a los peatones. Mientras tanto, los operarios se afanaban unos metros más allá en colocar la nueva señalítica que advierte de la obligación de reducir la velocidad.

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Lucía es una de las madres que, con semáforo o sin él, ha tenido esta mañana que atravesar como siempre el controvertido paso. «Y peligroso», añade. «El otro día nos tocó ver un atropello de un ciclista y desde entonces el niño no habla de otra cosa». El niño es Marcos, que acompaña a Lucía en un trayecto que realizan hasta cuatro veces cada jornada. «A esta hora, con los policías, todavía tienes alguna seguridad. En cuanto se marchan la cosa cambia radicalmente«, explica confiada en que el semáforo aplaque uno de los principales problemas del barrio. Lo dice, sin embargo, con muchas dudas. »Ojalá funciones, pero no las tenemos todas con nosotros desde el momento en que se va a priorizar a los vehículos«, reflexiona al confesar cuál sería, desde su punto de vista, la solución idónea: una pasarela. Eduardo también es escéptico. Y mucho. «Todos los concejales de este y los otros gobiernos han dicho que iban a luchar por la pasarela, pero ya ves», lamenta empujando el carrito donde lleva a Diana y su hermana Carolina camina a su lado junto a Irene, una vecina e la misma edad.

Para Rubén es suficiente. Al menos mejora la situación a la que se enfrenta cada día con Rodrigo y Carmen, que acuden todas las mañanas al colegio Obispo Blanco. «Sé que muchos prefieren la pasarela, pero no tengo claro que vaya a construirse aunque el peligro es evidente», dice a la espera de que la policía levante el brazo para darle paso. Mariana comparte la misma opinión aunque sus circunstancias no son las de la mayoría que a esa hora se agolpa ante el paso de cebra. Estudiante de un master de Ingeniería Industrial en el cercano campus de la UR, esta navarra vive desde hace años alquilada en Los Lirios. «El barrio está genial», dice. «Está bien comunicado, tienes el Berceo al lado, la población es muy joven», recapitula. El lugar ideal para vivir si no fuera por ese tramo que atraviesa a diario y la multitud de coches que ahora se detienen a la señal de la policía y, unos minutos después, a la orden del semáforo más esperado.

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