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No será Bosonit, sino una veintena de funcionarios municipales del área de Promoción de la Ciudad, que integra Comercio, Turismo, Festejos y de Cultura quienes utilicen la segunda planta del Centro de la Cultura del Rioja cuando este edificio, situado en pleno Casco ... Antiguo, abra sus puertas antes de finales de año.
El concejal de Promoción, Miguel Sáinz, ha hecho este lunes el anuncio y ha indicado que, en este caso, el interés general prevalece sobre el privado y que, por tanto, no llegará a materializarse la adjudicación que propuso la Mesa de Contratación en la segunda licitación que se organizó para ello -la primera quedó desierta- y a la que se presentaron Bosonit y Proinnova, la sección dedicada a la innovación del grupo educativo Proeduca, matriz de UNIR.
En este aspecto, el edil también ha señalado que las empresas no presentaron en tiempo y forma la documentación que se les requirió para la adjudicación definitiva, con lo que la decisión municipal, a su juicio, de «sentido común», no tendrá complicaciones jurídicas.
Sáinz ha mencionado que, si bien ya hay contratos en marcha, como el de la limpieza y la vigilancia, también se están ultimando otros, como el del mobiliario de algunas zonas del edificio y también tendrán que llevarse a cabo algunas obras de individualización de los botelleros de la primera y la segunda planta, todo antes de la apertura, claro.
De las exposiciones previstas, ha apuntado que las del Museo Vivanco seguirán su curso, como estaba previsto, pero que también hay otras zonas, que corresponderán a la empresa Magmacultura, a quien ya se le adjudicó el contrato correspondiente, en las que se está decidiendo el contenido que tendrán.
La instalación del área de Promoción de la Ciudad en el CCR, que aglutinará a funcionarios que ahora se reparten entre el semisótano del Ayuntamiento, un local de la calle Tricio o las Escuelas Trevijano, permitirá una mayor coordinación y un aumento de la calidad del servicio, según el concejal responsable, quien recordó que estas áreas reciben muchas visitas de ciudadanos.
También se ha acordado de que muchos de los servicios que se van a coordinar desde ahí están en el mismo centro histórico, como la sala Amós Salvador, el Cubo del Revellín, el mercado San Blas, el mismo CCR... de manera que va a suponer «cercanía y mejoras para estos espacios dinamizadores».
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