Santiago sigue a la espera de poder subir a su torre

Dicen quienes han tenido la suerte de poder disfrutar de la experiencia, que después de subir sus 220 escalones, la vista que se divisa desde la torre de la iglesia de Santiago el Real es verdaderamente espectacular. Así quedó escrito durante algunos años y así se recuerda, pues la realidad es que desde hace seis años no ha sido posible volver a hacerlo pues las visitas quedaron suspendidas entonces tras la detección de grietas en el acceso a la misma.

Una serie de deficiencias que ahí siguen y que impiden poder subir a lo más alto de la iglesia de origen más antiguo de Logroño, 'alcanzar la cima de la torre', como se llamaba una iniciativa turística que no ha podido repetirse dadas las circunstancias. Una situación a la que, sin embargo y según ha podido saber Diario LA RIOJA, se le busca solución. «Estamos en ello», adelanta José Ignacio Díaz, párroco de una de las cuatro iglesias del Casco Antiguo.

El problema, en cualquier caso, se lleva arrastrando desde 2016. Ya entonces, coincidiendo con las obras en el coro y en plena acumulación de intervenciones de rehabilitación dentro del marco del convenio suscrito entre el Ayuntamiento de la capital de La Rioja y la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, lo más urgente era la restauración del acceso a la torre, cuyas escaleras ya estaban pendientes de reparación y cuyo proyecto de arreglo estaba preparándose.

Sin embargo, no fue hasta la previa de la pandemia cuando se tuvo listo, y el COVID-19 «lo torció todo pues la intención era haber hecho la obra en 2020 y recuperado las visitas» coincidiendo con los 500 años del sitio –fue en Santiago el Real donde se celebró y se conmemora el Concejo Abierto–. «El proyecto estaba adjudicado, pero falleció el contratista y hemos tenido que iniciar la licitación de nuevo renunciando incluso a la subvención que teníamos concedida», explica Díaz, quien añade que no es fácil dar con quien ejecute los trabajos.

Ahora, desde la parroquia se confía en que sea la definitiva y, pese a las dificultades, se acometan los arreglos necesarios. «La que está mal es la segunda parte de la escalera a partir de la bóveda, construida en ladrillo, que es donde termina la escalera más antigua, que es de piedra. A partir de ahí hay una escalera, ya en la parte del piso de las campanas, que es metálica. La idea es poner una del mismo material adosada al muro», añade el párroco, cifrando el tramo afectado en unos 15 metros –justo en medio de los 25 iniciales y los 25 finales–.

La actuación fue requerida en su día por el propio Ayuntamiento, que a día de hoy recuerda que la iglesia podría optar a la convocatoria de ayudas a la rehabilitación en materia de patrimonio cultural no solo pensando en el acceso en sí, sino en la torre en general. Las mismas, según informan, han servido recientemente para arreglar la sacristía y el acceso al claustro de la iglesia de Santa María de Palacio.