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A hombros se marchó en 2019 de Logroño antes de que la pandemia le destruyera los mimbres de un gran año que para él había sido histórico. Esta tarde vuelve a la cita con las Fiestas de San Mateo con el aval del triunfo.
– ¿Cómo se le presenta la tarde?
– Es un sueño volver a una de las ferias más importantes del mes de septiembre. Lo hago con ganas y con la intención de que sea una tarde muy bonita.
– ¿Es mayor la presión cuando uno ya ha triunfado?
– Cuando el público ya te conoce, te exige y lo que quiere ver es mínimo esa versión con la que has triunfado, por ello, el compromiso debe ser ese. Indudablemente, la responsabilidad es mayor.
– Aquella tarde de 2019 fue con Ferrera mano a mano y hoy vuelve con él y Leo Valadez. Dos toreros a los que conoce bien.
– Los tres juntos no hemos toreado, pero sí que por separado he tenido la suerte de compartir varias tardes con ellos.
– En cambio, toros de Zalduendo solo ha toreado en tres ocasiones. ¿Cómo los valora?
– Es una gran ganadería. Cuando los he lidiado he tenido suerte. Ojalá hoy también la tenga.
– Estuvo a punto de quedarse fuera de Sevilla, en Madrid se encerró con seis toros porque encajaba en otro cartel. La temporada no está siendo fácil para usted. ¿Cómo la valora?
– En las plazas de primera en las que he toreado, en todas, he cortado orejas. Para mí, está siendo una temporada muy importante, porque sigo manteniendo mi manera de conducir mi carrera; y ahí están los números.
– ¿Uno aprende con el tiempo a despojarse de las presiones de las empresas para seguir su camino?
– No es fácil mantener durante tanto tiempo tu filosofía de cómo gestionar tu carrera. Todos los años parece que va a ser mas llevadera pero no, es igual y no te acostumbras a ello.
Antonio Ferrera: Destaca por su improvisación en las suertes y por su gran variedad artística con los trastos.
Paco Ureña: Atraviesa un año en el que, sin llegar a romper con faenas rotundas, está puntuando en plazas de primera.
Leo Valadez: Su última tarde en Logroño fue en 2017 como novillero y se marchó a hombros. Hoy, busca consolidar ese triunfo. Este año ha tenido éxito en plazas como la de Madrid y Pamplona.
Toros de Zalduendo: Hierro cuyas reses son de procedencia Jandilla.
– ¿Es injusto el sector?
– Injusto es que se muera un niño, lo demás son circunstancias. Yo no soy un caso excepcional. Tenemos también, como ejemplo, y que para mí lo es en todos los aspectos, a un torero que se llama Diego Urdiales, que también lo ha sufrido y lo sigue sufriendo. Yo creo que eso nos pasa a los toreros que apostamos por nuestra libertad.
– Hace cuatro años perdió, por una cogida, la visión del ojo izquierdo. Si algo le caracteriza es que nunca ha utilizado el percance como justificación ni como atracción. ¿Cómo gestiona el miedo?
– Enfrentándolo como lo que es y sufriendo mis limitaciones sin mostrarlas al público. Porque, cuando una persona paga una entrada no va a ver a un torero que quiere dar pena o que busque el que se sea más condescendiente con él. No solamente tengo un ojo menos, sino también más de veinte cornadas, tres fracturas en las vértebras, otra cervical, varios huesos... ¿Miedo a qué? Tendría que tener miedo hasta de montarme en un coche. Yo estoy aquí porque soy torero, y los toreros, según mi forma de entender la profesión, tienen que afrontar sus problemas a la hora de vestirse de luces.
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