Tener dinero es, a la vez, una bendición y una condena

Pongamos que uno es un ciudadano medio, adulto, trabajador, sin carnés de descuento por arrolladora juventud, merecida jubilación, discapacidad, familia numerosa o monoparental. Solo podremos disfrutar de la fiesta por la tarde, cuando los principales actos diurnos son con entrada de pago.

Pongamos, por ejemplo, que le gustan los toros y desea acudir a la tercera de abono, con ganadería de Zalduendo para Antonio Ferrera, Paco Ureña y Leo Valadez, como era la jornada de ayer. Las entradas más baratas cuestan 20 euros (más gastos), en los tendidos 6, 7 y 8, donde a menudo más pega el sol, por lo que, si vamos solos, todavía nos quedará saldo para tomar un par de consumiciones que aplaquen el calor, pero si hay que abonar otra entrada de acompañante, más valdrá llevar la cantimplora.

Puede que no seamos protaurinos y que nos apetezca algo más riojano, como la pelota. En tal caso la entrada más barata para las semifinales del torneo que se disputan estos días, en primer piso del rebote, cuestan 15 euros. En este caso, abonando la entrada de acompañante, todavía nos sobrará dinero para un par de consumiciones con las que superar el bochorno que a menudo se sufre en el frontón Adarraga cuando está lleno, afuera aprieta el sol y el ambiente se caldea, aunque esto suele suceder más en las finales.

Pero también puede ocurrir que no nos sintamos con ganas de embrutecernos sino de relajarnos, incluso, por qué no, mostrarnos abiertos a que nos hagan reír. A menudo el Teatro Bretón nos ofrece en San Mateo comedias ligeras protagonizadas por célebres actores que atraen a mucho público muy proclive a disfrutar a carcajadas. Aquí la entrada más barata para asistir a la obra 'El aguafiestas', con Josema Yuste, es mucho más asequible, cuesta 8 euros en el segundo anfiteatro, por lo que, además de pagar la entrada a nuestro acompañante, podremos degustar más tarde un par de pinchos en La Laurel, que, junto a la bebida, costarán lo que la entrada al teatro, si no más.

Y ahí se habrá acabado nuestro presupuesto. Parecía que 40 euros nos iban a hacer los reyes de la fiesta, pero tenemos que elegir entre toros, pelota o teatro, y apenas nos han facilitado dos o tres horas de entretenimiento que, eso sí, nos han vaciado el bolsillo

Al final, resignados, siempre podemos acudir a la salida de la charanga Strapalucio o al concierto de Makoki, acontecimientos de San Mateo mucho más baratos y logroñeses y que, a menudo, en mucho menos tiempo nos otorgan mucha más diversión.