Del ruedo directa al callejón

El primer susto de la mañana, que ha conseguido poner en pie a toda la plaza, ha llegado minutos antes de dar las 10.00 horas, cuando la vaquilla, que perseguía a uno de los dos jóvenes, ha conseguido elevar la mitad de su cuerpo sobre el burladero. Afortunadamente, todo ha quedado en un susto y no ha conseguido colarse al callejón.

Durante la segunda vaquilla, un animal mucho más saltarín y revoltoso que la primera, los jóvenes no han conseguido colocar ninguna anilla. Todo ha transcurrido con normalidad en la primera parte del espectáculo que, al contrario que en el Gran Prix de ayer, no ha conseguido cautivar a muchos de los presentes.

Un vecino de Logroño ha reconocido a Diario LA RIOJA que «a pesar de ser entretenido, no ha sido muy divertido y todos estábamos esperando el comienzo de las vaquillas diarias». Así, aproximadamente a las 10.15 horas de la mañana, ha finalizado la primera parte del espectáculo en la plaza de toros de La Ribera.

Cuando la primera vaquilla ha entrado al ruedo, los riojanos han demostrado con aplausos sus ganas de que dieran comienzo las tradicionales vaquillas y empezar a reir a carcajadas. Algunos jóvenes valientes estaban ya en la arena esperando su turno para recortar, saltar y huir del animal. Al igual que durante las tres jornadas anteriores de las vaquillas mateas, ha destacado la prácticamente inexistente presencia femenina en las vaquillas.

La diversión estaba asegurada. El segundo susto de la mañana que ha puesto en pie a la plaza ha llegado cuando la vaquilla, de un salto, se ha colado en el burladero. Al cabo de unos segundos ha vuelto a entrar en la plaza sin ninguna incidencia, para alivio de todos los presentes. Durante la segunda vaquilla, se ha producido la primera pillada de la mañana: un joven ha sido arrastrado por el suelo por la vaquilla mientras rodeaba las escaleras colocadas en el ruedo.

El punto álgido de la mañana ha llegado durante la cuarta vaquilla, un ejemplar muy revoltoso, rápido y sobre todo saltarín que ha conseguido colarse dos veces seguidas por el burladero en el callejón: la primera vez ha salido de nuevo al ruedo en cuestión de segundos, pero en la segunda ocasión la vaquilla no quería volver a entrar y se ha quedado un par de minutos rodeando el callejón.

Finalmente, el tiempo que la quinta y la sexta vaquilla han estado corriendo por la arena ha transcurrido con normalidad y sin ninguna incidencia en una mañana tranquila, donde los servicios médicos no han tenido que actuar y que ha dejado con ganas de más a todos los presentes en La Ribera.