Hay que reconocer a los vendimiadores que intentan acudir a todos los actos de las fiestas de San Mateo. También a los eventos musicales. Y, por extensión, siempre los acompaña el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Logroño, Miguel Sainz, con parte de su equipo. ... Ni la alcaldesa asistente a tantos eventos de las fiestas como ellos. En ese maratón de fondo que es cada jornada de San Mateo, y en conjunto, un decathlón, puede que los conciertos sean lo más refrescante, aunque siempre son por la noche, cuando las fuerzas ya flaquean. Ayer, al filo de la medianoche, se acercaron al Palacio de los Deportes de La Rioja cuando Carlos Jean enfilaba la recta final de su sesión.
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El evento quizá no resultó como se esperaba. Apenas hubo un millar de asistentes en el Rioja Electronic Music Festival, un programa de DJs con Carlos Jean como cabeza de cartel. Las entradas, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Logroño, se reducían a 8 asequibles euros, pero quizá no fue eso sino la premura y la competencia la que no hizo tan atractivo el evento. Fomentando la colaboración público-privada, el Consistorio logroñés aportó 14.490 euros a un evento que se convocó mediante concurso público y en el que hubo tres propuestas finalistas con Camela, Los Secretos y el celebrado Rioja Electronic Music Festival, valorando la difusión, el proyecto artístico-técnico, el precio de venta en taquilla y la oferta económica. «El público destinatario de la oferta escogida, más joven y amante de la música electrónica, así como el precio de las entradas, han desequilibrado la balanza a favor de la propuesta de patrocinio del concierto», justificó el equipo de Gobierno de Logroño.
El evento se dio a conocer el 3 de septiembre, apenas 16 días antes de su celebración. Parece precipitado, casi imposible de llegar a cabo, aunque Promociones Musicales Iregua, encargada de la organización, lo consiguió. Para colmo, el día anterior, en el Espacio Peñas 2.0, hubo un festival similar, gratuito, con DJs locales de menos relevancia pero con el mismo objetivo: ofrecer un ambiente discotequero para hacer bailar al público. El Rioja Electronic Music Festival ofreció más de cuatro horas de música 'dance' y 'techno' sin parar. Sin transiciones entre DJs, algo que se agradece, el público no paró de bailar desde el arranque con Gonzalo Rodríguez hasta la guinda con Les Castizos, con DJ Nano y, por supuesto, Carlos Jean, entre medio. Sonó de todo, pero todo remezclado, desde Coldplay hasta Madonna pasando por Europe.
El más esperado y celebrado fue Carlos Jean, que tan buen sabor de boca había dejado en sus sesiones del 'chupinazo' años atrás. Logroño «es como jugar en casa», había declarado antes de su reaparición en San Mateo. La contundencia de sus bases y el estridente volumen dieron cuenta de la fuerza que imprime a sus sesiones. Y el público de las primeras filas, entregado al baile, aunque más bien botando que siguiendo el ritmo, parecía disfrutar de la sesión. La pista del Palacio se convirtió en la de una discoteca, incluso por el calor infernal que se generó. La mayoría de los espectadores fue gente muy joven, incansable, que encontró en el Rioja Electronic Music Festival un refugio y, también, un recinto de horario más temprano. Pero para la mayoría del público, el que no asistió, la convocatoria no tuvo suficiente atractivo. Hay que ser muy fan de este tipo de música para aguantar ese ritmo. Y es curioso porque el Ayuntamiento de Logroño estima en 60.000 personas las que acuden al 'chupinazo', como ocurrió con Carlos Jean años atrás. Gratis. Pero cuando hay que rascarse el bolsillo, aunque sean 8 euros…
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