No hay programación musical que no incluya un concierto tributo. Y menos en un entorno festivo. El auge de las bandas que interpretan canciones de artistas referenciales tiene su epítome en el espectáculo American Rock Punk, que revive hoy en San Mateo temas emblemáticos no ... de uno, sino cuatro grupos estadounidenses imprescindibles en la banda sonora vital de un público entregado de antemano.
- Todas las bandas tributo se promocionan como la mejor banda tributo del artista que interpretan. Ustedes no serán menos.
- Es verdad que como hay tantas todas usan el reclamo de presentarse como las mejores, pero eso es muy cuestionable porque cada una tiene sus defectos y sus virtudes. Nosotros no vamos por ahí con ese eslogan; nuestro sello personal es más bien ser los únicos en España que aunamos a Nirvana, The Offspring, Green Day y Foo Fighters.
«En el concierto de una banda mítica pesa más la idolatría; en el tributo, revivir sensaciones compartidas»
- O sea, que hay diferentes categorías dentro del género del tributo.
- Ya lo creo. Hay músicos que tienen un nivel espectacular y otros que... tela marinera.
- Pues parece que importa poco, porque la respuesta siempre acaba siendo masiva y no dejan de aparecer grupos tributo.
- Eso no es culpa de las propias bandas, sino efecto de la demanda social. El factor clave de esa proliferación es el placer por lo pasado. Si te fijas, también en el teatro, en el cine o hasta en los monólogos hay una tendencia a mirar hacia los años 80 y 90. Algo estará pasando cuando la sociedad en general busca con tanto afán lo antiguo y la nostalgia.
- Muchos músicos encuentran así al menos una ocupación profesional más que digna.
- La mayoría tenemos proyectos propios, que mi caso es Sigulka, donde hacemos metal celta. A no ser que seas un grupo de referencia, tiene más salida en el día a día el tributo que sacar adelante tu propia banda.
- En su caso, además, con un 4x1.
- La idea al apostar por American Rock Punk fue agrupar a bandas, que con sus diferencias, comparten una raíz esencial, un discurso similar y, por su puesto, un mismo país de origen. Aglutinar a un espectro de público homogéneo que adora un estilo de música que quizás técnicamente no es tan complejo como otros pero entraña una energía desbordante y única.
- ¿Convalida un concierto tributo no haber podido contemplar en vivo al grupo al que interpreta?
- No tiene nada que ver una experiencia con la otra. Cuando asistes al concierto de una banda mítica pesa más la idolatría. El decir que has visto en directo a uno de esos artistas que forman parte de tu vida. En un tributo la idea es juntarse con otros fans como tú, revivir por unas horas esas sensaciones compartidas que te han marcado con un espíritu de fiesta, aunque asumiendo que no es igual que ver al original.
- Hay quien llega a ver el original pero disfruta menos porque después de pagar una entrada carísima acaba a kilómetros de distancia del escenario y sin poder moverse entre miles de personas.
- Sí, sí. Esos conciertos de cierto postureo en los que ves al artista allá a lo lejos y sólo sabes que es él porque aparece en una pantalla gigante. El tributo tiene en ese sentido el plus de la cercanía, de envolverte en esas canciones que son tan importantes para ti y los que tienes al lado.
- ¿Es suficiente con replicar las canciones para lograr ese efecto?
- Nuestra seña personal es caracterizarnos como los grupos que interpretamos. Imitar su actitud y hasta sus movimientos. Meternos en el papel y darle una carga de 'teatro' en el buen sentido, que es además lo que busca quien viene a vernos.
- ¿Y la responsabilidad de 'resucitar' a un mito como Kurt Cobain?
- Enorme. Sobre todo por todo lo que ha supuesto en mi vida desde chaval. Él sabe que canto sus canciones con el mayor de los res petos.
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