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El podómetro de Marc Seguí debió echar humo ayer. Porque el muchacho se marcó un récord de pasos con el tute que se dio en el escenario para los conciertos de San Mateo en la Plaza del Ayuntamiento. De izquierda a derecha y de ... derecha a izquierda. Sorbito de agua en las pausas y un «gracias mi gente» para tomar aire.
Anduvo mucho. Cantó poco. Y sufrieron seguramente sus lumbares y su cuello porque no hubo un momento en el que no cantara agachadico con las manos en ciertas partes íntimas de su cuerpo. Quizá lo hacía también para afinar y buscar el tono adecuado a sus éxitos. Porque no hubo autotune en ninguna parte del concierto. Y tenía que usar bastante su voz. Así que el chico habló y cantó a capela con algún desafine perdonable porque no se notó demasiado. Tenía detrás un trío de compañeros que salvaban las canciones con un buen trabajo: El bajo, el guitarra y el 'batera' (que es así como llama Marc a los que marcan el ritmo en los conciertos). Y para agradecer su ayuda pidió para cada uno 'ruido' (que es así como se pide en el lenguaje de Marc un aplauso).
Y luego, le ayudó mucho la música pregrabada. Que muchas de sus canciones tenían acompañamiento de amigos y 'colabos' que no pudieron acudir a Logroño. Y tenían que cantar con él. Así que para subsanar el problema, aumentó el registro de pasos de su podómetro dando vueltitas mientras pedía al público que cantara con sus amigos lo que a él no le tocaba.
Y sus fans respondían. Sobre todos los de las primera filas, los adolescentes más fieles. Detrás había gente haciendo botellón, padres esperando a sus vástagos y algún que otro despistado que pasaba por ahí.
El público vibraba a medias. Y Marc Seguí lo sabía: «Voy a tocar dos canciones de mi disco y luego alguna que conocéis un poco más para animar esto.» Una declaración de intenciones culminada con uno de los momentos más sorprendentes del concierto cuando Marc dejó que sonara la introducción de Phineas y Ferb, una serie de dibujos que le marcó tanto que necesitaba que sonara. Y fue salir en la pantalla la nariz de Phineas para que todo el mundo entrara en éxtasis generacional. Los más jóvenes claro, los mayores no entendían nada. Uno de los momentos más especiales de la hora justita que duró el recital. Que Marc Seguí tiene tres años de trayectoria (dos de ellos en pandemia) y celebraba en Logroño su tercer aniversario, según contó.
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Más tarde. Bueno, unos minutos más tardé, sonó '360'. Uno de sus grandes éxitos que la gente no paró de grabar en sus móviles para luego nunca volver a verlo seguramente.
Pero la guinda del concierto llegó con 'Tiroteo', primero a capela sin casi desafinar y luego con el remix pertinente con el que deleitó al personal. Y tanto lo hizo que se le olvidó que hay que hacer un bis. Se marchó el muchacho indicando qué fans de la primera fila podían entrar en su camerino y provocando una estampida hacia la entrada para ver si había suerte y se podían colar.
Y se dieron las luces. Y pudieron descansar los vecinos del portal 16 de la Avenida de la Paz que tuvieron que soportar estoicamente los focos del concierto, que en vez de ir al escenario o al público daban toda su energía luminosa a su balcón. Cosas de los conciertos mateos. Qué se le va a hacer. Menos mal que solo queda uno y este puede que sea más tranquilo para ellos.
Puedes consultar aquí el programa completo de fiestas de San Mateo
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