Gigantes y cabezudos de San Mateo: unos personajes de póster que anuncian las fiestas a su paso

Así, el General Espartero, la Duquesa de la Victoria, el marqués de la Ensenada, Sagasta, los riojanos Serafín y Nieves, los peñistas Paco y Rosi (con fajín nuevo con todos los escudos de las peñas, y actualizados), junto al demonio, Popeye, el elefante y el payaso, se dejaron ver ayer. Y otros tantos lo harán hoy, como ya otros lo hicieron el sábado.

Sea como sea, la rejuvenecida escuela asociación de Gigantes y Cabezudos de Logroño –quienes los bailan son cada vez más jóvenes tras los reiterados llamamientos buscando voluntarios; con Eneko, por ejemplo, todo un 'gigante' a sus 15– sigue marcando el ritmo dando la talla cada vez que desfila.

«Afortunadamente, el trabajo hecho durante todos estos años ha dado sus frutos y podemos decir que hay cantera», explica Chema Pérez al frente de la comparsa cada jornada matea –los más jóvenes pasan de los cabezudos a los gigantillos (este año se estrena uno de Práxedes Mateo, copia de su 'mayor') hasta atreverse con un gigante como tal–.

«Iván, ¿sabes dónde te toca?», pregunta quien una fiesta de la Vendimia más lo organiza todo y tras su presencia en el disparo del cohete y el desfile de carrozas piensa en un último pasacalles y en el último 'baile', durante la quema de la cuba. «¡Rubén, tú me faltas!», espeta a uno de los últimos en llegar.

Difícil sigue resultando explicar qué extraño poder de atracción ejercen tales figuras, probablemente las más representativas de los festejos en la ciudad. Un grupo que no pasa desapercibido y que despertó y sigue despertando un gran interés entre todos los públicos, especialmente los niños. Cada aparición, avisados quedan, es una nueva oportunidad para comprobarlo.