El cohete deja atrás dos años de pandemia y desata la fiesta

«Pelos de punta» o «piel de gallina», era lo más comentado. Emoción, mucha emoción, incluso hubo a quien se le escapó hasta alguna lágrima. La capital de La Rioja quiso recuperar el tiempo perdido y el cohete anunciador dejó atrás dos años de pandemia desatando la fiesta. Un frenesí lúdico-festivo capaz de contagiar a cualquiera.

De hecho, hasta el alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, se dejó llevar y se mostró eufórico... y más allá. A grito pelado, hasta quedarse sin voz para las declaraciones posteriores. Un cohete dedicado a los sanitarios, como ya hizo con el personal docente en 2019, aunque de aquello haya pasado tanto tiempo que solo algunos se acuerdan de que se tiró un viernes por la tarde.

«En esta ciudad hay gente que nos cuida, nos cura, nos salva la vida: médicos, enfermeras, personal sanitario... Este momento va por ellos y por ellas», fueron sus palabras dejándose la garganta con una voz que costaba reconocer. «Un momento único, la primera vez que como alcalde tengo la oportunidad de disparar el cohete un sábado por la mañana, a las 12, como lo recordaba de joven», explicaba.

Un homenaje, además, «a quien, con EPI o sin EPI, sabiendo o no, planta cara a una enfermedad y atiende con toda humanidad a quien tiene al lado, que ahí estaban ya fuese en el hospital o en cualquier consultorio de salud con una vocación de servicio enorme y, en ocasiones, no lo suficientemente reconocida».

La plaza del Ayuntamiento se volvió literalmente loca con los vivas «a Logroño, a España y San Mateo» con los que terminó el primer edil. Nadie echó de menos la mención a La Rioja... o sí, pues ni mucho menos es que pasase desapercibida. Pero tanto monta, monta tanto, pues a esa hora ya no había excusa para pensar en otra cosa que no fuese en los siete días oficiales de programa, más dos oficiosos de añadido, que esperan a logroñeses y visitantes.

Que todo sucediese, tal y como recordaba Hermoso de Mendoza, tras dos años de pandemia y después de sufrir lo sufrido y padecido lo padecido, no hizo sino acrecentar la emoción y el deseo «de expresar con palabras lo que creo que mucha gente siente, que es agradecimiento profundo y deseo de vivir con intensidad nuestras fiestas y trasladar que somos una ciudad muy valiosa que sabe compartir, disfrutar y gozar de la vida».

El inicio de la sesión del DJ Carlos Jean no vino sino a confirmar las ganas de festejar tras el coronavirus, por si no había quedado claro desde primera hora de la mañana y conforme se acercaba la hora D del día H. Antes, de hecho, lo que se vivió con el 'mi tierra es La Rioja, Logroño es mi pueblo' no hacía más que presagiar lo que finalmente se confirmó: que estos días prometen y que la locura puede ser total, con o sin Policía Local prestando servicios extraordinarios.

Atrás quedaron «los dos años tan difíciles que hemos pasado». Así que, «ver esta plaza llena de alegría, de vida y de ilusión por disfrutar de Logroño».