El espacio que acostumbra a reservar San Mateo para los artistas del momento sube esta noche al escenario del Ayuntamiento a Blas Cantó. El ex de Auryn contabiliza por millones las reproducciones de sus canciones y reivindica su carrera más allá del eco que le ... ha reportado la televisión.
- ¿Ha dejado ya de ser el chico que cantaba en Auryn para ser ya definitivamente sólo Blas Cantó?
- La gente hace tiempo que me llama Blas. Que me reconozcan así quiere decir que ya me identifican por mi trabajo en solitario y que habla por sí mismo. Sin embargo, ni reniego de Auryn ni creo que aquella etapa sea una losa. Al contrario: cada uno somos la suma de lo que hemos sido en nuestras vidas, y en mi caso he llegado hasta aquí por aquello y el duro trabajo que he desarrollado desde entonces.
- Y también, entonces, por haber ganado 'Tu cara me suena'.
- Por supuesto. En esa suma de experiencias que es la carrera de un artista aquello me dio una gran repercusión porque la televisión tiene el efecto de poner cara al artista, aunque el proceso fue un poco difícil.
- ¿En qué sentido?
- En el de que el público estaba un poco confuso. Yo provenía de un grupo de éxito y en esa transición yo imitaba a otros cantantes. Cuando salí del programa, la gente pretendía que siguiera imitando cuando era algo que hice por hobby y, al sacar el primer single, hasta se sorprendían al comprobar cuál era mi voz real. Eso ya ha pasado y ahora estoy muy contento. Cuando superas el riesgo que conlleva la TV de que el personaje se coma a la música es síntoma de que todo va bien.
- Aun así, resulta imposible desvincular sus canciones de su estética, de la imagen que proyecta.
- La manera de vestirme forma parte del espectáculo. Pero no tanto por una necesidad de sentirte guapo, sino como un canal más de comunicación. La moda me divierte, sin más. No es lo primordial para hacer llegar tus temas, sino un modo de decir a la gente cómo eres por dentro. Si fuera todo el día el día en chándal sería porque hago otra música y soy otro tipo de artista.
«Yo hago música, no soy 'influencer', y aunque es maravilloso que te tomen de referente, me da vértigo»
«A veces siento la necesidad de experimentar un cierto anonimato; estar solo, pasear, aprender a decir no»
- Esa comunicación global de su propuesta y la de cualquier otro cantante tampoco pueden entenderse ya sin una presencia activa en las redes sociales.
- Me parecen vitales para que tu música traspase fronteras, pero por otro lado me dan un poco de miedo. Aunque sólo tengo 27 años, me siento un poco viejo en su manejo cuando veo que los más jóvenes lo están convirtiendo en una competición y si preguntas a muchos niños qué quieren ser de mayores, te dicen: 'influencer'. Me parece triste que haya gente que quiera ser conocida por su protagonismo en redes sociales y publicar fotos bonitas.
- De alguna manera y aunque no lo pretenda, usted también marca tendencia para muchos jóvenes.
- Yo hago música, no soy 'influencer'. Pero sí, es inevitable. En una firma de discos vino una mamá joven y me dijo que su hijo le decía constantemente que quería tener un tupé como el de Blas Cantó. Me parece maravilloso que un niño pueda tenerte como referente, pero al mismo tiempo me produce vértigo y por eso me pienso dos veces cada mensaje que subo a internet.
- ¿Tiene miedo a que su éxito sea flor de un día, a caer en el olvido?
- Ese temor lo tuve con Auryn. Cuando empezamos a tener tanto éxito, como nunca lo había experimentado sentí que era genial y que hasta ahí había llegado. Que ese era mi tope y tocaba seguir trabajando de la manera más honesta y humilde posible. Cuando empecé mi carrera en solitario y comprobé que la reproducción de mis singles superaba en no sé cuantos millones los de Auryn dije: ¡uau!, había un mundo entero más allá. De todos modos, la clave es cómo te puedas sentir en cada momento de tu vida y saber que los números son sólo números. Ni todos los días son un buen día, ni un millón de 'likes' te garantizan una felicidad constante.
- ¿Se siente cansado? ¿Aspira a ser simplemente Blas?
- A veces siento la necesidad de experimentar cierto anonimato que nunca he tenido del todo porque ya desde niño participé en el concurso de Teresa Rabal o Eurojunior. Poder pasear a mi aire, estar solo, saber decir no. Estoy en proceso de ese aprendizaje y los fans, a los que adoro, por fortuna lo entienden.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.